Comida chatarra

Confieso que también yo busqué descargar mis culpas en vos, pero hoy, quiero asumir más culpas yo, sin hacer complejos juicios, quiero echarme gran parte de las culpas. 

 

Yo suelo llevar la batuta, tengo la capacidad,  eso exije la realidad de mí,  para eso tengo poder, para hacer las cosas bien, aprendí muchísimo, de mis debilidades, mi debilidad son las otras personas, en mi soledad soy fuerte, un sistema estable que lo exógeno afecta en demasía. 

Hoy pienso que debí dar más de mí,  aunque hace unos meses pensaba que menos mal no hice tanto,  es tan confuso y lo único que quiero es seguir saliendo de ese agujero que fue el dolor que sentí por ti, nunca lo voy a olvidar.

 

No pude ni consagrar la idea real que quería, pura comida grasosa sin sabor real.

 

Yo sentía que me debías por la paciencia que te tuve,  tú sentías que te debía por ser yo hombre y tu mujer. Qué estupidez, si sabemos que la gente bondadosa es la que triunfa en el amor y lo fuimos por años y luego unos asquerosos egoístas.

¿Y por qué a mí? (********)

En el infierno me he encontrado a todos mis amores frustrados, los besos negados, los abrazos desganados. Han regresado como fantasmas del pasado y me han recordado en todo lo que he fracasado… No me preguntes cómo me siento si luego vas a salir huyendo, si te importa mis sentimientos, no me sigas mintiendo. Necesito saberlo, dime lo que más me temo, ahora creo entenderlo, cuando ya no puedo expresarte lo que estoy sintiendo. Después de tanto hacerme el pendejo, me he dado cuenta que ya no me quieres… ¿ya no te quiero? Pero ambos necesitamos consuelo, un “lo siento” por todo lo que nos hemos hecho. No basta con no hacerlo, si ambos pensamos en cometerlo ¿hasta dónde pretendes que lleguemos? ¿Por qué me siento tan solo cuando contigo duermo?

Aún duele ¿no es cierto? Aunque nos riamos de ello, no deja de acabarnos por dentro. Ese irnos desapareciendo muy lento, entre encuentros y desencuentros sin tiempo. Como una lagrima aferrada a su pestaña, aún me niego a que todo lo que comienza, acaba. Otra vez despertar solo en la cama con la cabeza en otra almohada. Soñando que la pesadilla por fin se acaba, cuando pronuncies esas simples palabras: … No me basta con escucharlas, la verdad es que ya no me importa nada. Puedes irte cuando te plaza, mi vida ya no depende de tu mirada, haz como si no me vieras y sigue sola por tu cuenta. Nunca pensé que me fuera hacer tanto daño, escucharte decirle: “te amo” si me deshago en llanto, no me prestes cuidado. Si te espanto con mis gritos desesperados, súbele a la radio, ignora este llamado y no me sigas buscando. Ya no puedo estar a tu lado si me soltaste la mano, el globo se fue volando y tú ni cuenta te has dado. Hace rato que vengo disimulando lo que me está pasando ¿a quién engaño si todos pueden notarlo? Me estoy volviendo rancio y he perdido el encanto. Me siento enfadado; ¡aúllo! pero no ladro, me muerdo los labios, escupo el desengaño. Me hago reclamos, lo he estropeado.

¿Por qué no me ayudaste cuando intente pararme? Tan solo me dejaste que ya no me reconoce nadie. Nunca llegaste, me canse de esperarte, otra vez se me hizo tarde, estas palabras ya se han dicho antes, volvió a pasarme. Estoy en un bucle intentando hallarte y escribo las mismas frases. Me hago las mismas preguntas y no puedo contestar ninguna. Hay algunas que cuestionan mi cordura. Todas me angustian y la solución me asusta. Y si te llamo por otro nombre no creas que soy un mal hombre. - "No me llames dolores, no quiero ser parte de tus desilusiones" Y sigo esperando a que te rías, que te haga gracia mis fantasías. Ya no quiero jugar a las escondidas ¿cómo era esa melodía? ¿a dónde se fueron todos? ¿por qué no puedo mirarme a los ojos? No encuentro un parecido con los otros, ese no es mi rostro, lo niego todo. Con esa luz no me veo tan tonto, que guapo y que mono, pero no soy de tu antojo. Mira que niño más solo… me duermo con el celular en la mano, por si alguien recibe mi llamado. ¿Por qué no me has contestado? Te juro que ya estoy calmado. No te volveré a gritar, es que tengo una soga como collar, mis palabras se intentan suicidar, cuando me atrevo a hablar. Mejor será callar, igual nadie lo entenderá. Estoy harto de aparentar, a lo mejor me hace falta follar. No quiero volver a pelear. Es que para nosotros dos, ya nada significa un perdón, cuando nos arde el pantalón, dame autorización y cometemos el mismo error. No le temo a la crucifixión si son tus brazos donde me clavo yo. Esta es la última vez que lloro por vos, hace tres páginas que intento decir adiós, pero aún no estoy preparado para conocer a dios. Y ya no importa quién dispara primero, si ambos tenemos miedo de estropear lo “nuestro”. Me carcome el remordimiento y repito todas las noches el mismo cuento. El desenlace que nunca leo porque temo que no sea lo que yo espero, cada vez que lo intento es menos lo que te ofrezco, me queda lo que llevo puesto y un verso que nos deje en suspenso...

 

Una parte de mí

Quiero hacer amistad con un objeto inanimado y contarle todo sobre mis días, hasta que mi propia voz y las respuestas silenciosas y pequeñas del ambiente sean suficiente comunicación para mí; y de mis interlocutores, especialmente de ti, me baste que me miren y no verbalicen nada.

 

Quiero llevar una dieta afrodisíaca durante la semana previa a mi ovulación y seguidamente masturbarme, cuando esté en el pico de la libido, hacerlo con arte y entrega, hasta que tu sexo me parezca insulso.

 

Quiero pararme en la esquina de una plaza pública y repartir mis besos entre todas y todos los que los quieran. Que sea una gran jornada y que dure las horas o días que se requieran, hasta que tu boca me parezca cualquiera.

 

Quiero leer muchos libros para mirar con desdén cada cosa que digas y escudriñar las novelas más intensas sobre amoríos hasta que no me sorprenda ninguna de las aventuras sexuales o afectivas que tengas para contar, incluidas aquellas donde esté presente el nombre que inventaste para mí.

 

Quiero morirme en vida para no desearte nunca más. O entrar en una degeneración mental que te recluya en el olvido y el aletargamiento. Y dormir, al fin, sin tener que inducirme al sueño, sino porque el sueño viene.

 

 

El laberinto de la conciencia

El Laberinto de la Conciencia

Ha pasado un tiempo desde que me diagnosticaron esquizofrenia, gran parte de mi tiempo desde entonces hasta ahora ha sido una mierda, delirios, voces sin masa, la extraña y molesta sensación de ser asediado por algo intangible y bizarro, a parte de las voces... recuerdos en tercera persona, hay muchas cosas a las que aun no me acostumbro, y no se que debería pensar o como asumir esto, es un todo que me afecta totalmente sin que me de cuenta en el momento, es algo que me pierde una y otra vez justo cuando recuerdo o mi conciencia se percata de lo sucedido ya es tarde, nuevamente...

Es posible que los humanos seamos una totalidad que a penas distingue lo mas superficial y lo convertimos en un diario vivir, con esto me refiero al bien y al mal que hay en nosotros mismos, en mi caso, solía creer que yo era de determinada manera, y esto en mi mente y cuerpo se podría decir que me ha llevado a muchísimas confrontaciones y auto confrontaciones, llevándome a situaciones en las que debí aplicar todo aquello en lo que yo estaba en contra, como el suicidio, o pisotear de alguna forma todo lo que me importa junto con las personas que mas valoro en mi vida, pero no se debe a que tenga múltiples personalidades, es consecuencia de como la enfermedad jugó conmigo y me manipulo para que sucediera lo que sucedió.

En diversas ocaciones sentí y he sentido que la sociedad esta en mi contra, como tal he obrado en ocaciones previas, he tratado al amigo como enemigo, al desconocido como alguien hostil que cree saber sobre mi o mi vida, esta es la hora en que no se si han sido personas reales o culpa de las voces que tanto disfrutan arruinarme el momento, pero no puedo hablar de la gente que ni conozco, la mejor prueba de que todo eso es mentira, es la perspectiva que me ha dado mi familia y amigos, incluso algunos desconocidos que han sido maravillosas personas conmigo y me han dado su confianza, su amistad, también me han enseñado mucho y sobre todo han estado junto a mi en estos tiempos tan desalentadores.

Con frecuencia las voces me han amenazado, me han descrito miles de maneras en las que según ellas habré de morir, no solamente yo, también incluyen a mi familia y muchas personas, mostrándome sus muertes y la mía por medio de delirios e ilusiones, lo que ha sido un gran inconveniente para mi, pues me vuelve una persona muy hostil, ignorante hasta de la forma en como me comunico con la gente y expreso mis sentimientos, seguramente he sido muy agresivo sin que quisiera serlo, aunque eso aplica en mis palabras y expresiones, tratándose de los actos, puedo decir que gracias a la vida y en parte al camino que yo mismo me he armado, he vivido varias experiencias que me han confirmado la naturaleza de mi carácter, incluso han habido ciertas personas con las que discutí directamente y en persona, casos en los que las situaciones pudieron tener malas consecuencias para todos, (dejando a un lado mi enfermedad) en cierto libro leí y me consta que el mayor obstáculo para uno mismo es el ego, aun tengo algo de ego, pero dadas las circunstancias he aprendido a ignorar o no tomar en serio aquello que pueda distorsionar el concepto que tengo de mi mismo o incluso de mis seres queridos, por otro lado hay gente con la que uno se encuentra y los conflictos surgen mas por esas personas que por mi, y a pesar de todo me alegra que he podido manejar mi carácter en dichas situaciones. 

Algunas personas esperan lo peor de mi, que en cualquier momento vaya a atentar contra la integridad de cualquier ser o cometer cualquier clase de crimen, sin embargo se comportan así por que realmente no tienen la mas mínima idea de la dimensión que la esquizofrenia abarca, hay sensaciones a las que nos podemos predisponer, en parte por que ya conocemos el sentimiento que implica, pero que hay de sensaciones nuevas? cosas que aun no sabría como describir pero puedo asociar al horror, tristeza, miedo, desconcierto, todos los sentimientos negativos que uno podría conocer, quizás el peor momento de mi vida fue el periodo de tiempo en el que se fundieron todos esos sentimientos con mis recuerdos, mi pasado, presente, imaginación, conocimiento, incluso cosas con las que veo no hay relación alguna pero inconscientemente ocupan así sea el mas mínimo espacio en mi mente, sin ser consciente fue un tiempo en el que acumule demasiados traumas que aun conllevo pero en su gran mayoría he ido superando por que así lo exige la vida, he superado el miedo a muchas cosas cotidianas o algunas que están por encima de la vida misma, pero también he obtenido otros miedos a causa de cosas que ni sabia que existían, el peor y mayor de mis miedos es volver a vivir ese infierno que soporte cuando tenia la enfermedad sin que aun lo supiera, no solo por mi sino por mis seres queridos, quienes también habrán pasado pésimos momentos por mi culpa, cada día lo vivo con el esfuerzo de mejorar cuanto mas pueda, para estar mas lejos de mi viejo yo, esa silueta de esa persona debilucha que se dejo joder la vida y se la complico a otros. Cerciorarme que soy alguien que no va a decaer ante la enfermedad también hay cosas positivas, pero son resultado de un proceso, como el aprender a valorar la vida misma y cada cosa que esta da, la esquizofrenia en mi caso es como una guerra de opuestos, entre lo que una vez fui y lo que decidí que no quería por ninguna razón en mi vida, pero no entrare en detalles por que ese razonamiento es demasiado grande, complejo e inimaginable, suele ser mejor la conclusión a la que el lector llegue, así fuese una conclusión desacertada, mala y retorcida en el peor de los casos como me ha enseñado a esperar lo que tengo. Es una guerra que me aburrí de pelear, por que ya no soy ninguna de las contra partes, lo único que quiero es redimirme con las personas que he afectado por lo que sé que fue mi error, es algo ambiguo por que también me pueden achacar cosas que únicamente son responsabilidad del receptor quien malinterpreto la situación y el mensaje. Con el tiempo se van sanando cosas, entendiendo otras, y aprendiendo otras, ahora que lo pienso muchas cosas concuerdan en mi pasado, seguramente ya vivía la enfermedad años atrás sin saberlo, hasta ahora que voy aprendiendo a identificar la sintomatología. Puede que viva nuevos síntomas, en todo caso sé que no debo tener miedo, por que en el momento en que ceda ante ello estaré de nuevo perdido viviendo una nueva pesadilla, creyendo que es la de siempre, lo único que me hace sentir seguro de que voy por buen camino es el hecho de ver resultados respecto a mis sueños, metas y objetivos.

Buen día.

Espectro de una esquizofrenia

A menudo habrán momentos llenos de frustración, rabia, vació, soledad e infinidad de sentimientos que nos pierden en la miseria, por que así de pequeños somos y cuando pasa algo tan grande que no tenemos lo necesario para afrontarlo, olvidamos que hay muchas mas cosas para luchar, caer y continuar así hasta que eventualmente podremos poner fin a esas adversidades, descubrir que aunque nos sintamos solos, no lo estamos y cada día nos puede dar una razón para desistir o una para luchar y luchar, mis días suelen estar llenos de impotencia siguiendo la esperanza de poder por fin doblegar esa decadencia, tratar y tratar sin conseguir buenos resultados, pero aquellos que me dan la fuerza para seguir son la razón para seguir tratando y algún día superarme a mi mismo, a menudo me dicen y me percato que suelo rendirme muy fácil, cuando siento que he dado todo y no he logrado nada, me doy cuenta cuando me corrigen y me muestran que puedo llegar mas lejos de lo que creía, la diferencia entre esas personas y yo es la claridad y la libertad que ellas tienen, puedo concluir que debo ser crudo conmigo mismo para olvidar lo que me duele? anestesiarme con lo mucho que me da la vida y seguir sin importarme nada? puede que ninguna de esas sea la respuesta, esto es vida y un gran viaje, así mismo es la incertidumbre y las respuestas que habré de encontrar, también sé que hay muchas personas en condiciones mucho mas desfavorables y no hay excusa para rendirme, así mismo ofrezco lo poco que tengo por ahora mientras trato y trato, lucho y lucho, hasta que no quede la sombra de lo que fui y de verdad pueda brindar lo que se necesita para salir del abismo no solo a mi sino a todo aquel a quien me importa, no me importa hablar de utopías, para mi ya es una el hecho de querer salir del abismo que me absorbe, y seguiré tratando y tratando, luchando y luchando, veré resultados y algún día sabré que la utopía se volvió realidad.

Sábado 14

Estoy reventado, mi cara, mi bolsillo, mis ganas. no sé en qué pelea sucedió todo eso, igual aquí sigo.

Vivimos el tiempo de manera que creemos que los demás existen para nuestra vivencia, nuestro tiempo y momento.

Yo viví la noche muy rápida, pero habrá una noche larga para quienes agonizaron, en un andén, =en una banca... Mientras yo viví y me descualquieré. Qué más da.

Creo que exagero un poco, pero siento esta carta como si fuera un suicidio.

Con lágrimas que no me dejan ver lo que escribo.

Si continúo sintiendo de esta manera voy a terminar matándome. Te imagino sentada llorando en un barranco, solitaria. Me fluye más cuanto más demacrado esté, vuelto mierda, llorando, friz, lamentos, la polla.

Ectoplasma en el Humo

Mis pensamientos son tan amargos como la coca que inhalo. El café siempre me queda agrio cuando lo hago con mis propias manos. Las colillas de cigarros marcan las horas que me la he pasado esperando, a la VIDA o la MUERTE, la primera que se acerque. Espero humildemente al sol o la luna, que su luz ilumine mi cuna. En un desorden de armonías, me levanto con las fuerzas que proporciona el quebranto. Depresión sinfónica de alaridos y llanto, fuma que fuma tu cigarro, esnifa tu polvo blanco, camina como un espanto. “ese es el video, que uno quiere vivir pero la vida lo mata de a poquitos” con o sin amiga, con o sin familia, con o sin querida. “Deja de quejarte, agradece porque aún no es tarde”. Deja que clamé, reclamar es gratis y no le hace daño a nadie. Deja que callé, las palabras no dejan que el silencio cante. Aunque pareciera que movieran la boca, no escucho a las personas. Sus lenguas me son ajenas, no entiendo para que tanta mierda. Cagar por la jeta causa agrieras. Yo prefiero escribir “poemas” que huelan a mierda. Me duele el pescuezo de tanto asentir, como si estuviera entendiendo lo que me suelen decir. La verdad no me interesa lo que estás diciendo, sino el por qué lo estás diciendo. Acaso te molesto… deja comprendo. No soportas mi silencio ni mi mirada al suelo, mi voluntad al desapego, mi desesperanza y mi desprecio. Lo siento… es un defecto de nacimiento, tengo clavada una lanza en el costado derecho de mi pecho…o es el izquierdo…ya no me acuerdo.   

El niño melancólico muere de sobredosis de tiempo, se inyecta en la aorta para aliviar el sentimiento. Fuma del desespero, su pipa es de cenizas y lamento. Desayuna con un cigarro, hasta comer le parece vano. Recuerda lo que ha soñado, no entiende si ya se ha despertado. Todo le sabe a pesadilla, como un monstruo que vigila. Se aprovecha de mi vida para escribir cuentos que chismorrean en el cielo. Soy testigo de lo eterno, en la fugacidad del momento. Llevó horas sin dormir y no dejo de maldecir. En una ensoñación pierdo de a pocos la razón, me descubro hablando solo, renegando de los otros. Me estoy volviendo loco, espanto con mi pálido rostro. El niño que vive conmigo se asusta de mis quejidos, se esconde en las cobijas y reza por mi vida. Prendo de nuevo la pipa e imagino que el final se avecina. Odio la vida tanto como la muerte, mi amor es el lazo que las une por siempre. No quiero más ruido, mis pensamientos son como gritos. Observo el vació, mis ojos perdidos se tiñen de un color infinito. El cuarto se transforma en un barco, naufraga en un mar de llanto. Tengo hambre, pero no me apetece alimentarme. Tengo sueño, pero mi desvelo es eterno.  

El sol resplandece a lo lejos y de nuevo asecha mis sueños, monstruo amarillo que aterroriza de día, asfixia la estrella que me ilumina. La gente marcha para sus trabajos mientras yo desde mi ventana me fumo otro cigarro. Durmientes con los ojos abiertos parecen ser esclavos del astro que brilla a lo lejos. El Sol ahoga mi mirada, tiritan mis cejas encandiladas. “Buenos días” me grita mamá, desde el otro cuarto me ha escuchado toda la noche llorar. Sal a darle un beso a mamá que su rutina acaba de comenzar. La acompañó a la puerta, la despido con un abrazo y un beso en su cabellera. Me mira preocupada, sabe de la tristeza que llevo en el alma. Ella la ha cargado por décadas, sabe que se siente tener una grieta. Fumo más de lo que hablo, divago por las sendas del asfalto, acaricio el cemento donde arrastro mi cuerpo. Otra dosis me solicita el cuerpo, necesito más de lo que pueda contar. ¡No me importa y me da igual! Que mi vida vaya a terminar. Huye a toda velocidad, tu sombra te va a atrapar. No te dejes alcanzar, corre corre corre y sin parar, te acurrucas en posición fetal, todo parece temblar, de nuevo quieres llorar pero la risa te hace bostezar. Toces sin parar es la vida que se nos va. “Un cáncer pulmonar que solo Yo me he de tragar”. Escupo mariposas de cenizas, sus alas son como humo que respira. No me lavo la boca hace días, mi hocico es como una matera donde crece una flor negra. Me despierto con el hocico desorbitado, mis dientes toda la noche se han venido rastrillando. Me despierto todo mojado, mi sudor es frio y nostálgico. Me levanto y se me quiebra cada hueso, mis órganos son como piedras que me pesan por dentro. Mi espíritu se enlútese, soy una sombra que desaparece. Tengo llagas en la espalda de ya no querer levantarme de la cama. Cerezas con sangre, se me desangra la vida de tanto olfatearte. Flor de coca que estimula las ansias y es inclemente frente a la calma, blanca nieve que congela los dientes, siento como acelera mi mente. No puedo detenerme, mi corazón convulsiona como un demente. Se me encandilan los ojos y todo vibra al unísono, por lo poros brota un monstruo, adicto a la dosis de amor loco.

Has soñado tanto que ahora velas una pesadilla

Has soñado tanto que ahora velas una pesadilla, en una interminable noche en vigilia. La imagen del anfiteatro de la vida, toda llena de camas vacías y oraciones para un nuevo día. Tramos de escaleras sobrepuestas entre ellas que no conducen a ningún lugar, hasta el momento en que te puedas despertar. Peldaños cuyas huellas están diseñadas para un único dedo del pie, contra huellas tan altas como el monte más alto que se pueda ver. Escalar hasta la profundidad de la tierra, alcanzado la cima que hay dentro de ella. Despertar con los ojos cerrados obsesionado con lo que se ha soñado. Aún dormita la conciencia y los símbolos que se revelan pierden su forma etérea. Se materializa la angustia y la pena de despertar a una vida ajena. Te rascas la cabeza como descifrando las señales que guardas en ella. Crece la impotencia de haberse despertado antes de captar el mensaje encriptado. Sentir que se guarda un secreto que se ha añejado en nuestros cerebros, enviado de un futuro pasado que en su eco la profecía ha susurrado. Buscar entre la almohada algún vestigio de una lágrima derramada, sentir como si se hubiese pasado la noche en vela llorando una pena ajena, un lamento desconsolado que en el pecho se ha registrado. En la bruma del recuerdo poso todos mis deseos, una luz que se apaga y una inocencia perdida entre nostalgias. Un sueño que se repite sin ningún patrón cognoscible. Desorden…desorden…desorden el caos sin nombre, la aventura sin meta en una deserción llena de bajeza. Fracasó los planes de la niñez, el adulto lo corrompió con cada decepción que lo agoto. Ni siquiera poder recordar las razones para respirar. La misma canción que se repite, siempre es una tonada triste. Los ojos hechos cenizas que miran a la vida, el sol que brilla ya no nos ilumina. Afuera se divierten y yo intento sonreírle a mi suerte. Cada línea se frustra en describir la agonía. Primera a tercera persona y en ninguna reconozco mis memorias. Sentir que me hablo y escuchar al diablo. De nuevo me levanto y sigo soñando, no han pasado los años, vivo en el instante en que me he despertado. Un durmiente lucido de su sueño, el infierno es insoportable con los ojos abiertos. De nuevo las 3:33, el reloj se detiene otra vez. Pienso en la vejez de un niño que apenas cumple 3.  No me reconozco en ninguna fecha, todas ellas son testigas del asesinato de mi vida. He intentado escribir un diario, uno con el que pueda hablarme sin interrumpirme, describir mi alma con cada particularidad de mi cara. Me ha sido imposible, no puedo seguir ningún orden. Mis recuerdos son proyecciones del futuro, mis aspiraciones pertenecen a un pasado que me ha sido negado. Trancas un cigarro con otro que te has fumado, habito que consume tus fuerzas, vicio lleno de tristezas. No te importan las miradas ajenas, son ventanas que atormentan los rincones de la selva, hasta el edén es una prisión si te acercas a las murallas de la ilusión. Un suspiro de socorro, que me liberen de este rostro. Son mis ojos llenos de despojos los que ven la noche convertirse en día…día tras día. Es un testimonio de decepción lo que el corazón musita al salir el Sol. No puedes despertar o dormir, en un limbo del que no puedes salir. Esta es la noche que comienza aun cuando el sol se acerca.

Cuando un hombre ha soñado tanto

Cuando un hombre ha soñado tanto deja de ser hombre y se convierte en sueño. Érase una vez en el cosmos de concreto la soledad y el silencio en medio del ruido del universo, se escucha el llanto a todas horas, misofonia de las mentiras piadosas. Todo se mueve hacia todas partes, el lugar de la inercia en las sabanas de la ausencia. Todo es materia de pesadilla, en las esquinas se cuelgan las alegrías. Parasomnia de la realidad, la muerte es la vida en vigilia. Las crías en vez de cuna nacen con camisas de fuerza, para que no enloquezcan de lucidez y terminen ahorcándose con el cordón umbilical que les dio de tragar. Bruxismo incontrolable de las ansias dentales, acarician el sabor de las encías. Se escucha el eco de la infancia, reverberación de las fantasías de la vida que se han ido con las ganas por la cañería. Falsedad hasta en el respirar, se nos ha olvidado la vida por sobrevivirla. Obviedad del ser ¿no sabe quién soy yo? Tampoco YO. ¿De dónde vengo y para dónde voy? Si me fui antes de llegar por la puerta de atrás, sin despedirse y sin saludar, no quiero ver a nadie, no quiero hablar. La jaula late en cada pájaro que aletea y escapa de la tierra. Nos vemos al otro lado de la noche, me grita la caída del abismo sin salida. Imposibilidad de concentración, el caos perdió el control, lo absurdo es la breve luz del relámpago del sentido, que esclarece la extrañeza que se posa en la existencia. Se vive en lo aparente de la vida, como si la muerte fuera ajena a nuestra propia existencia. La muerte único final digno de contar, con la certeza que todo se ha de acabar. Me canse de sostener el peso ajeno, como cruz de tiempo, hace mucho que busco una canción, una música que alegre mi corazón. Cañería sin fondo donde se vierte el ser, con la misma fluidez con la que se ha de llenar, filtración hacia la nada, todas las mañana cago mis falsas esperanzas. Silogismo del hastió, todo interés carece de sentido. Me es ajeno toda felicidad que no sea el delirio de la tristeza, vicio que justifica la existencia. Ya no sé lo que quiero cuando deseo lo imposible, cuando mi voluntad le gruñe a la realidad a lo que todos osan palpar, lo inalcanzable es lo único que deseo alcanzar. La ansiedad no me deja respirar, de nuevo comienzo a reflexionar de más, todo se despoja del velo del sueño, entreabro los ojos sin poder gritar, ¿a dónde se han ido los demás, por qué me han dejado atrás? Ninguna dicha en mi cara, tratando de sonreír para burlarme de existir. Escribo exorcizando el delirio, por necesidad, no busco sanar a nadie de la terrible enfermedad, se vive enfermo de vida, en un estado de confusión que desiste de la creación. La fiebre es el amor que arde adentro de aquellos dos. Si se acercan han de estallar, incinerando lo del rededor en un cataclismo de pasión. La única cura la única salvación, morir de amor o matarse con la soga del amor. Repito a sabiendas de no saber que hay después. Como entender al corazón cuando no entiende de razón. Me excluyeron de mi habitación, duermo en el andén donde por última vez nos dejamos de ver. Ahora es nunca, y es en el ahora donde construyo el porvenir que se niega a llegar, como una estación de tren que nadie recuerda del ayer. ¡No te vayas porque no podrás volver! El camino de vuelta lo desdibuje, el desencuentro será eterno, quizás te vi una y otra vez, nos rozamos la piel sin saber que nos íbamos a estrellar, yo el pecho y tú el puñal. Afuera hace frío pero aún recuerdo tu cobijo, tu sueño en mi sueño compartiendo el mismo cuerpo. Afuera es de noche a espaldas del sol, recuerdo follar añorando el amanecer, que se ausentaba de nuestros cadáveres sin ser. En mi desvelo en medio del sueño, apuñalo la almohada para encontrar reposo. Cansado todo el tiempo sin pegar los ojos, repitiendo todo tal como lo imaginamos nosotros. La locura es el consuelo que mi generación se ha inyectado, para soportar la razón que nos condena a la enajenación. Mañana quién reirá si hoy nos burlamos hasta de la muerte de mamá, que nunca pudo protegernos de nuestras propias garras y murió curando nuestra herida en el alma. Nací sin vida, pero con esta hermosa herida, alarido desconsolado, desgracia de lo más alto, en cada lagrima se llora al mundo y el océano se llenó de gotas de tristeza que del cielo caen. Se alista la cama como un funeral del cual se desea jamás despertar. Debo ser de sueños pues cada día me he encargado de acabar con el ideal, como cada día mi cuerpo se pudre rindiendo cuentas a la descomposición del fruto estéril de mi creación.   

"¿De quién y de qué puedo decir, en efecto: "¡Lo conozco!"? Puedo sentir mi corazón y juzgar que existe. Puedo tocar este mundo y juzgar también que existe. Ahí termina toda mi ciencia y lo demás es construcción. Pues si trato de captar ese yo del cual me aseguro, si trato de definirlo y resumirlo, ya no es sino agua que corre entre mis dedos."

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para olvidar una eternidad?

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para olvidar una eternidad? La nostalgia del tiempo en las canas de un viejo. Todo pasado es un futuro añejo, me disipo como el humo en silencio prolongándose por el vacío eterno. ¿A qué horas comenzó a cambiar? Pregunta la inocencia de la nostalgia ingenua. Este momento tenía que llegar, la cuenta tenía que pagar. He roto los cristales de la vida, por ver afuera de la ventana; me acusan de profano, de abnegado por la causa en vano. Matar para sobrevivir, o morir por vivir exaltando lo que hay dentro de mí. Deseo rezar con la más pura ingenuidad, al Dios que se oculta en la ausencia de la existencia. Nunca rogar por más que las rodillas se inclinen en el suelo y la mirada se rinda ante el cielo de lo eterno. Arrastrando una cruz por los esclavos de la luz, como un gusano escalando el calvario, arrastrando mi cuerpo desolado. Me la he pasado manoseando la materia con el tacto algo asqueado de cada experiencia. Un infierno atrás y otro adelante y en la mitad mi paso errante. Escalo las montañas por la delicia de la caída, del vacío que me mira y el abismo que me abriga. ¿De qué sirve la inmortalidad si no tengo a nadie acá? Para compartir el pan y de la mano poder caminar… Andar, persiguiendo un lugar que nunca vas a encontrar. El paraíso es un infierno si no estás en el cielo, mil y una noches y sigues lejos y yo aquí tan cerca de tu recuerdo. Te extraño y te sigo soñando, pero el tiempo se encarga de olvidarnos. Somos extraños de una historia sin pasado, aún vivo en el ayer por si decides volver. Sigo en el primer día en que te fuiste de mi vida, saboreando ese feo beso de despedida. Una eternidad para olvidar, un instante de amor inmortal. Extraño extrañarte, vivo añorándote. Cada que recuerdo me cala el sentimiento, se me contraen los sesos, ruge el deseo que llevo dentro. Me acorde de ti, al ver una foto en la que no te reconocí. ¡Cuánto has cambiado! No te reconozco de lado, pero con tu espalda he soñado. Si te veo de frente es un paisaje de muerte, tu rostro es otro del que se retrató en mis ojos. De frente nos vemos, pero no nos reconocemos, ha pasado un largo tiempo y solo nuestros nombres quedaron dentro. Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, tu cabello no es el que estuvo entre mis dedos, aún tengo pelos enredado entre ellos. Remembranza de cada suceso se clava en mis escasos sueños. Sigo confundiendo con el amor ese coro que siempre repetía YO. No te culpo a ti ni a Dios, ninguno de los dos existe ni existió. Solo quiero saber a dónde se fue, el pájaro que cantaba en mis sueños lleno de esperanza, ¿por qué se ha ido antes de darme sus alas?

Fluyen las palabras como río en calma.

Fluyen las palabras como río en calma.

Hace tanto camino que me olvide de mí mismo.

Llevo un destino que siempre persigo.

El río me lleva consigo por donde camino.

No hay vacio lo suficientemente hondo,

Para guardar lo que escondo.

De este abismo ni un pájaro se salva,

Ni oscuridad que valga.

Adentro, todo lleno de nostalgia,

La melancolía lo salva.

Llora el río en corrientes de tristeza.

Ya no existe una lágrima que lo entienda.

Las palabras son como piedras que el río se lleva.

Una hoja seca que se aferra a una piedra. 

No poder dormir, tampoco despertar.

No poder dormir, tampoco despertar.

Un sol en la noche se asoma en la oscuridad.

Cansado de Dios y del mismísimo sol.

No soporto al otro ni a mi propio YO.

Carecer de toda ilusión,

Es robar los rayos del sol.

Apagar la luz del cielo azul.

Huir donde nunca hubo luz.

Forzar los ojos a cerrarse

Y las pestañas a enlazarse,

Ahogar mis pupilas en la retina,

Para escapar de la vigilia.

El sueño ausente te vuelve demente

Mientras el alba te ilumina la frente. 

Antes de parpadear

Antes de parpadear todo ya ha de cambiar. No sabrás expresarlo, ni entenderás cómo identificarlo. Faltara dejar de soñarlo para en la oscuridad olvidarlo. Cerrar los ojos y ahogarlo en un océano de llanto, los sueños son engaños para no poder despertarnos. La vida es sueño ¿o me lo he soñado?... ¿acaso aún no he despertado? Con mi tacto palpo la imagen que abstraigo, del símbolo que en mis manos agarro y desbarato para saber si es de barro. No puedo contenerlo con los brazos y se me escapa como agua en las manos. Recordar algo que no ha pasado, extrañar lo que no se ha experimentado. Soñar dentro de un sueño que me he despertado, de la cama me he parado pero mi cuerpo sigue acostado, todo abandonado como una roca esperando, con la inocencia del sueño y su esencia, en un gesto de paz eterna. ¡El futuro ya está acá, no se lo pierda la próxima vez que vuelva a llegar! Abrir los ojos sin despertar, otra vez vuelvo a comenzar, intento continuar, persisto en llegar, recordar…olvidar. Abre los ojos, lávate el rostro. PUM!! Todo oscuro de nuevo está, un punto de luz se alcanza a salvaguardar. Por las grietas de mi cabeza se escabullan las ideas, todas ellas son de mierda, escurre excremento de mi cabellera. Cierro los ojos, pero aún estás de frente sin mirarme al rostro. Busco tu mirada debajo de tus pestañas, pero no hay nada, se ha apagado el brillo del alma. 

No me puedo concentrar

No me puedo concentrar, tantas imágenes me comienzan a perturbar. No me detengo a pensar, comienzo a trasbocar, diarrea mental. Tanta velocidad en un trancón que parece de nunca avanzar. Tanta oscuridad y no tengo con quién hablar, todos tienden a abandonar. Aléjate, No molestes más, nos vas a contagiar de tu depresión mortal. Me comienzo a rascar, nada me puede tranquilizar. No pienso en nada mientras pienso en todo, se sumergen mis ojos, pálido se pone mi rostro. Mi corazón no le interesa descansar, tic tac, tic tac. Me escucho respirar, me duele inhalar, exhalo y la vida se me va.

Ya no sé cómo escribir lo que me ocurre a mí. No sé cuantas noches sin dormir, ni sé cuantos cigarros he prendido y apagado. Esto ya no es tristeza, me duele la panza y la cabeza. Tampoco es vida, morir de tanta vida. Custodio de estrellas por si alguna cae a la tierra. Las nubes tan quietas, como si el cielo no se moviera. Todos a ciegas, buscando pareja. Sueño en vela, aún dormido mis ojos no se cierran. Nube negra llora su pena. La llorona me arrulla en noche sin luna. Se ensancha la duda, no encuentro respuesta alguna. No sé lo que me pasa, pero me duele el alma. No se ven las estrellas, la luz no permite verlas. El cielo se abre como si fuera a tragarme. La ansiedad me mata a cuchillazos en la espalda. En este rincón la luz jamás existió. El sol no apareció, la noche jamás se acabo. El canto de los pájaros se escucha como un alarido de espanto. Sus siluetas en mi ventana me acechan la mañana, llueven plumas y me acobijo con algunas. Una estrella sigue brillando y atestiguo lo que estoy narrando. Entre líneas parece que se me va la vida.       

¿Cómo escribir un poema?

¿Cómo escribir un poema?

Para expresar la pena

Para exorcizar la tristeza.

 

Para hacer de la ausencia

La eterna presencia.

 

Para recordar las noches en vela,

Para soñar con ella.

 

¿Cómo escribir un poema?

Para aullar a la luna ciega

Para acariciar una tierna perra

 

Para hacer de las letras

Una amorosa mueca.

 

Para olvidar las mañanas

Para no despertar solo en la cama.

 

¿Cómo escribir un poema?

Para que vuelvas

Para que amanezca en esta noche eterna.

 

Para rozarte entre líneas

Y poder ver que me miras.

Para imaginar tu esencia divina

Para salvarme de la caída. 

No me va a alcanzar el diccionario

No me va a alcanzar el diccionario para escribir lo que guarda mi diario, no me puedo fiar del sonido si quiero escuchar el mensaje que hay en el ruido, no me van a alcanzar las letras para deletrearte mis penas, ni el abecedario para explicarte que hablar es vano. No me van a alcanzar los sentimientos para sentir todo lo que quiero vivir, ni los sueños para soñar la ilusión que guarda mi ingenuidad. No sé cuántos cigarros me he fumado ni cuantos fumaré, no sé cuánto tiempo ha pasado ni cuanto duraré, sigo sin saber por qué aún sigo aquí, sin saber a dónde ir. En el humo confieso mis secretos, nebulosos y complejos que se disipan en silencio por el infinito cielo. ¿Entenderás la señal la que susurro en tu soledad, la que solo de reojo te atreves a mirar?

¿Y si me abro los sesos para que veas lo que hay dentro? para luego regalarte mi pellejo y que guardes mis pelos, los que se enredan en el viento cuando la brisa nos roza el cuerpo. De lejos te observo y tú presientes mis ojos tras el velo, te observo y te contemplo, ruego con las cejas ceñidas que me mires tras la pupila, que sonrías y me digas que por mi suspiras. Te imagino pasar por las vitrinas, modelando tras la cortina, corro tras el mostrador y me estrello con maniquís que lloran alrededor. Espero verte pasar, que el caos danzando nos haga estrellar, que nos encontremos caminando hacia atrás, que nuestras espaldas se puedan juntar. Un desencuentro que no tiene final, un amor que no se conocerá, rondando nuestras puertas esperando a que esté abierta.          

Basura en estado de interpretación

Me acerco al umbral, la puerta a lo lejos puedo deslumbrar, la fatiga interrumpe mi caminar, decido descansar en la acera de aquel lugar, la brisa acaricia mi agitado rostro, suspiro al recordar…. ya ni recuerdo qué es lo que tengo que recordar. El viento hace de las suyas y consume aquel nostálgico cigarro, que por unos cuantos pesos se aferra a mis manos. Me dispongo a disputar - ¡yo pague por ellos, viento aléjate de este lugar, esto no me lo vas a arrebatar! Consumo a pesar que mis pulmones gritan: - ¡NO MÁS!, Cabron de mierda, no ves que ya no puedes ni respirar. Decido indiferente seguir respirando la muerte, todo es digno de fumar, eso me susurro el fuego al acercarme por vez primera al cobijo de su luz centellante. Se acerca su final, el cigarro se despide con un “plon” mortal, me revuelca el orto, no sé si quiero cagar o vomitar. A las a fueras de la entrada de mi humilde morada, me postro a pensar, ¿Qué hago en este lugar?, ¿Cuánto tiempo llevo acá?, ¿Ya he dejado de soñar? Me aturde los gritos de unos pueriles duendecillos, que se burlan de una albóndiga inocente, que dejo regar el chocolate en su frente.  Que crueles son los hombres, se ríen del mal ajeno, sin siquiera saber que es el “mal”. Al cagon le importa poco, de nuevo se sube al barandal de aquel parque que se encuentra en la mitad de esta lata de sardinas que mínimo 180 familias llaman hogar. Sin darme cuenta ya he subido uno que otro peldaño de la escalera infinita que da acceso al pórtico donde reposa mi cuerpo cansado. Las llaves que se encuentran en mi bolsillo tienen que abrir una de todas estas puertas homogéneas. Después de divagar doy con el condenado cerrojo que al procurar penetrarlo se resiste inerte burlándose de mis temblorosas manos. ¡Lo consigo! el calor efímero del hogar rosa los poros de mi pálido rostro. De bruces fui a dar con el espejo que refleja toda la basura en donde me encuentro, un orden magistral digno de un clan burgués, esclavos de su propio interés.     

Las palabras están ahí

Las palabras están ahí

Esperando por ti.

Basta con pronunciarlo

Para crearlo.

Soñar con el silencio

Lienzo del sonido eterno.

Abre la boca

Deja que el aire corra

Deja que salgan solas.

Expresa el sentimiento,

Vomita lo que tienes dentro. 

Siempre tan sonriente

Siempre tan sonriente con la tristeza entre los dientes. Maldiciendo al mundo a modo de oración, con el corazón corroído de tanto dolor. No quiero tu compasión, aléjate y hazme un último favor, olvídate de mí y de que existí. No pretendo seguir mintiendo, no esperes palabras de aliento. Déjame irme con Dios, allá donde la NADA es la única palabra, donde ya no hay NADA más que la mismísima NADA. Quiero hacer polvo el polvo, quiero desaparecer de tus ojos. Olvidar mi reflejo y seguir durmiendo. Caminar sin senderos, perderme en el infinito desierto. Tengo SED, pero no pienso volver a beber. Dejar que mis labios secos se coman entre ellos, mi desidia es mi único alimento, mi tristeza aún me tiene aquí escribiendo. Soledad que sulfata desde adentro, me pulveriza los sueños. Me duele hasta lo que no siento, el aire me causa desaliento, el mundo se está desde siempre pudriendo, marchitando mis ganas de seguir viviendo. Cansado de tantos pretextos, te excusas con desespero, te disculpas mirando el suelo. ¿Pero de qué te arrepientes, PENDEJO? A este punto quería llegar tu desvelo, acabar con el sueño ingenuo, liberar la locura que retumba en tu pecho. Unir el día y la noche en un instante eterno. Colorear TODO de negro para dibujar con el crayón blanco, el único que nos ha quedado.

Escucha mi YO, sabes que no nos tenemos más que a los dos. Me has acompañado en cada segundo del reloj, no me abandonaste cuando me abandone YO. Es hora de que te vayas, que digas las últimas palabras, que me dejes solo en mi cama. Cierra la puerta antes de que salgas.

¿De qué quieres hablar? Ya es tarde… ya no me quedan ánimos de charlar, ni siquiera fuerzas para fumar. Me canso hasta en respirar ¿de qué más podemos dialogar? sabes que no quiero mentir, pero me incitas a seguir. ¿Qué más te puedo decir?... ¡CALLA!…escucha cada una de tus palabras. ¿Quieres terminar de esta manera? dejando sombras de tristezas… ¿quieres acabar con tu existencia? Resiste hasta que te acabe ella. ¿No soportas tu propio peso? Deja de cargar con ello.  Sal de adentro, comparte tu silencio. Aún te interesa seguir viviendo, no le mientas a la muerta, ella siempre es indiferente. Es tu decisión… naciste esclavo de la libertad, deja que tus alas salgan a volar.      

Ayer no me lavé la boca

Ayer no me lavé la boca,

Poco o nada me importa.

La vida es una rosa que se deshoja

Al correr de las horas.

Instante tras instante

Gota tras gota,

Entre el aquí y el ahora.

Una cárcel de neuronas,

El pasado se reescribe

En el futuro de las cosas.

Ayer no me lavé la cara

En los ojos tengo lagañas.

Las retinas se ahogan en su tristeza

Observando un retrato de miseria.

Con la angustia en la mirada

Atestiguo el horror de la existencia,

Una ventana hacia la NADA

Que contempla mi mirada.

Ayer no me pare de la cama

A mi espalda está clavada

Esperando la muerte entre las sabanas,

Las lágrimas sirven de almohada. 

Huele a gris

Huele a gris

El arcoíris de blanco y negro pinta su matiz.

Las nubes aún lloran por ti,

El cielo azul del dolor,

Recuerdan la luz del sol.

Suceso tras suceso

Me desgarra los sesos.

Frío desierto,

Muero lento, lento.

En cada suspiro del viento,

Como arrastrando el tiempo,

Testigo de los acontecimientos.

Me desaparezco en nubes de carbono

Por el infinito negro,

Estado entrópico en un hastió de miedo,

Donde las hojas caen danzando al suelo;

Besando el húmedo cemento,

Deserción del firmamento

En los abismos de la duda,

La realidad se escapa de la formula.

Ahora es nunca y cada instante que pasa,

Se secreta en mis glándulas.

La brisa y su llovizna

Arremeten contra la ventana,

Como una llamada de auxilio,

La tos de mi vecino.

Con el bigote humedecido

Con el bigote humedecido

Por el tinto frio.

El cigarro que siempre va conmigo

Se consume de alaridos.

Con la mente trastornada

Por la vida extasiada.

En una calle sin salida ni entrada

El techo es el cielo en movimiento.

En el ojo de un huracán  

El aire de a pocos se va.

El sabor amargo me hace vomitar.

 

En la silla tembloroso

Se agitan las paredes,

Nos hablan los juguetes,

Se mueve lo inerte.

Nebuloso es el ambiente

Del ruido ausente,

Se ahogan las pupilas en la neblina

Y el sonido agoniza. 

Auxilio

¡Auxilio!; me susurra el vecino,

El aire ahora es un mito,

El sol no ha salido.

La ingenuidad se ha extinguido.

Papá y mamá no se han vuelto a besar.

El amor es una mortal enfermedad.

Si el odio es la cura

Prefiero la soledad de mi tumba

 

¡Auxilio!; llora el recién nacido,

Alguien que me libere del corral,

Quiero volver al vientre de mamá.

Nadie nos podrá salvar

Perdidos en la isla de la eternidad.

Náufragos del vacío de la soledad.     

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