Con el bigote humedecido
Por el tinto frio.
El cigarro que siempre va conmigo
Se consume de alaridos.
Con la mente trastornada
Por la vida extasiada.
En una calle sin salida ni entrada
El techo es el cielo en movimiento.
En el ojo de un huracán
El aire de a pocos se va.
El sabor amargo me hace vomitar.
En la silla tembloroso
Se agitan las paredes,
Nos hablan los juguetes,
Se mueve lo inerte.
Nebuloso es el ambiente
Del ruido ausente,
Se ahogan las pupilas en la neblina
Y el sonido agoniza.