Patas

Todo con las patadas, así es como me gusta hacer las cosas. Lastimosamente no funcionan muchas cosas así y persistir por placer es fracaso.

 

Juego al azar del chance recóndito que premie con gloria a la vagancia, lo ordinario y mal escrito de las patadas con que hago todo. Está tan pateado que ni me digno a verlo y despertarme cada día para esto empieza a pesarme. ¿Cuándo mis patadas darán fruto? Pues no tendré rodillas para toda la vida y mis ganas de van volviendo viejas.  

 

Qué terror es que me digan que son patadas de ahogado o que no sirven para nada, cuando ya lo sé. 

 

Fantaseo despierto y también dormido y seguro doy patadas en la cama al hacerlo. Curiosamente y a diferencia de lo que se podría creer no di patadas en el vientre de mi madre y dudo que las dé en mi ataúd, si es que mis patadas me llevan a merecer uno.

 

Con suerte algún día patearé un imbécil y recibiré alto de gloria para patear un poco más de tiempo.

 

 

se pasa

Por estar jugando videojuegos con mi ego, he vencido y he perdido. Y no se detiene, los breves de reflexión, efímeros y sinceros. Entonces, se me puso oscuro mi agujero, me olvidé de la paciencia y estallé en confusión cada día, desgana y melancolía, explosiones de ira y me vuelvo un embustero. Vamos, todo se pasa de prisa, no hay necesidad de detenerse, para sentir el paso de todo, la magia del cambio.

¿Y por qué a mí?(*)

¿Y por qué a mí?... Me pregunto antes de ir a dormir. Sacando cuentas de cuándo será el fin. No quiero volver a mentir, a nadie pretendía herir ¿Pensarás en mí, tanto como te pienso yo a ti? Paso las noches imaginando nuevas formas de hacerte feliz, dame una razón para vivir, dime que volverás por mí, que te ha faltado una cosa más por decir. Te guardo un espacio en blanco en mitad de mis planos. Mi proyecto ha fracasado, mis aspiraciones se han frustrado. No vale la pena seguirlo intentando, el orden de los factores no altera el resultado, no importa cuánto lo sigas ensayando, ya no sé si puedo lograrlo.

Ordeño una estrella intentando crear una palabra bella, que me saque de esta mierda, que me libere de las cadenas. Tan acostumbrado a ellas que parecieran que provinieran de mis venas. Programado de pies a cabeza, soy preso de mi propio sistema. Alguien más dictó las reglas, aunque yo no esté de acuerdo con ellas. Estoy harto que hablen en mi nombre, las voces en mi cabeza ya no responden a mis órdenes. Soy un ser humano que olvido los pronombres, ya no importa que sea mujer o hombre. Detrás de este antifaz a nadie podre engañar. Homosapiens típico y vulgar, un puesto en una oficina te condenará. Un reloj mortal, esclavo temporal. Una vida sin prestación de servicios, solo he servido para consumir vicio.

 ¿Qué fue lo que salió mal? ¿Por qué no funciono el plan? Preparándome para morir, me olvide de vivir. Me empeñe en describir lo que sentía y mis sentimientos se convirtieron en una perfidia. ¿Qué fue lo que hice con mi vida? ¿A dónde pido garantía? Perdí el recibo, ya no voy a saber por qué lo he merecido. No importa si el vaso está medio lleno o medio vació, cuando la represa que contiene la tristeza, amenaza con inundar la tierra. Que salven a los niños, ellos no tienen la culpa de haber nacido. MUNDO MALPARIDO. Desde niño nos dicen lo que es debido y ahora me dicen que el equívoco es mío. Yo no escogí haber nacido, toda una generación pidiendo auxilio. ¡Socorro! Me piden ayuda los monstruos, incluso ellos tienen miedo de quedarse solos, ¿cuánto llanto cabe en un ojo? Tengo dos océanos infinitamente hondos que se derraman en mocos. El mar me parece poco, he naufragado en más de dos ojos, en litros de mocos. Un llanto cotidiano de angustia y zozobra, inunda mis horas, deshace mis obras. Entre tanta sal, sudor, lágrimas y mar, encuentro tus bragas en altamar, una señal de hacia donde debo remar. Me poso en un nenúfar, es hacia abajo a donde debo llegar, pero la profundidad es tal, que el fondo no logro tocar. Me caigo de la cama, he dado mil vueltas combinando palabras, me deshice de las almohadas, deseché las sabanas. Voltee el colchón esperando dormir mejor. Supliqué en una oración alguna solución, ruego por la absolución. Qué pecado hemos cometido, que la paz no hemos merecido. Inconformismo plagado de hastió. No soporto el ruido que emito cuando respiro. No tolero el sonido de mi corazón herido. La vos que me dice: el juego acabo, se silenció tras un ataque de tos. 

 

Sandeces de desayuno

No puedo escuchar o decir sandeces porque pienso inmediatamente en mi madre, es inevitable, incluso la definición de sandez independientemente de lo que realmente significa está sobredefinida por lo que he aprendido que es desde ella. Siendo así empezaré con algunas sandeces como primer plato del día. (Sí, acabo de levantarme y desayunar).

En parte me gusta la muerte de los otros, a veces me harta tanta escoria, y estoy seguro que lo que va a pasar, pasará, ¿entonces para qué demorarlo? Otra parte en cambio no le gusta para nada tanto despotismo, pero bueno, aquí las sandeces seguirán.

La autoorganización lleva a que algunos aguanten hambre y sufran, pero una piedra no cae sin antes haber subido. ¿Quién los subió? Pero shit, que no me gusta el sufrimiento ajeno.

Hay gente que no sabe dirijirse a sí misma, parecen burros, a veces me dan ganas de ser laxo y hacerme el de la vista gorda ante crastaciones arbitrarias y medidas rígidas. Pero qué mierdero se volvería todo donde se abran esas posibilidades. Rechazo eterno a la autoridad extrema inpuesta.

Es tan poético ver a mis amigxs postradxs por el camino, como mendigando a la nada fuerza para seguir viviendo. Pero vaya que es una desgracia la existencia de ellos y la mía.

Se le murieron sus progenitores por coronavirus, apenas tenían alrededor de los 60 años. Se salvó de ese karma que es lidiar con viejos y pobres y no poder morirse en paz. Ahora está más cerca de la muerte y la soledad, lo que pudo saber de sus ancestros inmediaatos ya será menos, la muerte de otros le recuerda la suya.

Tanto sufrimiento para saber que son impulsos eléctricos que van y vienen. ¿Cómo sería crear una máquina para que sólo sufra? ¿Se animarían y aportarían a su construcción? Para que exista más dolor en el mundo.

Tema de la temporada: "Me creo el putas".

He querido usar este espacio para hablar un poco sobre las características particulares de mi esquizofrenia, usualmente me refiero a las cosas de una forma muy desinteresada y por eso se arman un montón de conflictos externos que reclaman mi atención ubicándome en miles de situaciones absurdas a las que no tengo obligación alguna de responder pero aun así se sigue "adivinando" una respuesta mía para esa contra parte que casi nunca me dice las cosas de forma directa y que casi siempre es motivo de mis escritos. (por el hecho de escribirlo así ya se supone que he asumido un rol en lo que percibo como sociedad, pero puede ser solo alucinaciones auditivas - siempre se me sugiere que lo tome todo como voces imaginarias-).

El tema de la semana que ha elegido mi publico invisible es "me creo el putas", son palabras que han puesto en mi nombre. Una constante es que las voces siempre quieren y buscan un motivo por el cual abatirme, siempre me han dado a entender que me quieren ver derrumbado y rendido a lo que sea que vociferan, todo el día, a todo momento se espera una mala cara y si les doy mucha importancia se me vera con una mala cara, por que siempre soy el chiste del cual esperan únicamente fracasos; ellos ríen y mi rol debe ser el de sufrir, pero en ocaciones como esta donde el tema no es mas que una idiotez debería reírme de todos esos malos chistes en los cuales se pretende encuadrar mi vida. Son situaciones ridículas en las que se supone que debo cumplir su rol, esta vez "me creo el putas" por que así mismo se ríen de mi, pero esta mal si yo rió, si miro al cielo, arriba, abajo, la otra cuadra, en fin. Lo añaden a que me creo el "punko" pero a mi no me importa, sobretodo si eso significa que no puedo escuchar rock, salsa, jazz, metal, funk, rap, musica clasica. Tampoco la apariencia, por cultura se supone que si se usan pantalones entubados se es esto, lo mismo si es ropa negra, en mi opinión y la relevancia que les doy es nula, igualmente son apariencias y lo que respeto y valoro en una persona es mas quien es; que como se ve. Así tuviera algún conflicto  con alguna comunidad en particular seria mas por cuenta de ellos que mía, pero siempre son voces que me rodean y no puedo ver. 

Se me muestra una actitud agresiva si no actuó a como se espera de mi, por ejemplo esta mal que me ria de las bobadas que escucho sabiendo que son solo habladurías y chismes, por que se supone que mi rol es ser siempre el chiste que desprecian y fracasa, todo son ganadores o perdedores, y se olvida que muchas veces ni hay necesidad de competir, debería responderles de alguna manera, y seguramente se creara así el tema de la siguiente semana, sin que se haya comprendido por que dije esto o aquello, tal vez lo haga y me podría seguir riendo cada vez mas, de ser así con el tiempo seré el "recontrareputas"por reírme de sus desaciertos a la vez que se tornan mas agresivas las voces, de todas formas se ha reconocido de alguna manera que no soy lo que se espera de mi, por eso mismo recibo la reacción que recibo ahora mismo y vale la redundancia.

Como tal entiendo que todo es transitorio, por eso lo básico en la vida es lo que debe siempre importar, hoy esto, ayer esto; que sera de mi si doy mi atención a lo que sea mañana? Esta claro que lo que escucho quiere ser y siempre se ha manifestado como mi enemigo. Habrán días de felicidad, tristeza, etc, etc, todos los construyo yo no ese personaje a quien no le importo, si se consideran enemigos por el hecho de llevar mi vida y luchar por lo que quiero, que así sea, yo no les prohíbo reír, que no se me prohíba reír. Y que no se tome por hecho que al reír lo hago por que quiera ser la contra parte perfecta para el publico invisible, ayer pude estar muerto, y todo lo que sé es que estoy vivo y quiero hacer muchas cosas para aprovechar mi vida, podría prever que por ejemplo que se me recalque algún hecho ficticio o realmente incomprendido para así convertir esto en un juego de quien tiene la razón, me dedicare a aprovechar el tiempo para poder hacer todo lo que quiero, que es mucho y tal vez la vida no alcance, cuando toca toca.

 

 

La CULPA

Ya no hay pretextos para esconder lo que siento, se lo confesé al mundo entero y ninguno quiso entenderlo. Fui un libro abierto que nadie quiso leerlo, un diario negro que deshojo el tiempo. Expuse mis miedos y me até una soga al cuello. Exalte mis deseos y me arroje al fuego. Cumplí mis sueños y me disparé en el cerebro... Quizás me he suicidado, ya no podría asegurarlo. Estoy relajado como si algo se hubiese terminado. No sé si sigo respirando o es mi cadáver suspirando, ya no me siento cansado y estoy levemente levitando. Permanezco callado, aunque mis labios parecen murmurando. Estoy tan concentrado que me observo observando. No percibo a nadie a mi lado como si el espacio me hubiera dado paso. El tiempo se fue deteniendo y la energía fue desapareciendo ¡INSATISFECHO! Me resigno a que me entierren desde adentro, que me haga el muerto y colabore recogiendo mis restos. Que me acondicione a las sagradas órdenes, que me controle y repita mis oraciones. "Dios te bendiga", me dice alguien en la esquina. Mi alma pasa desapercibida por la indiferente vida. Apenas si me mira y aparta la vista. La mancha del pecado con ácido no se ha borrado, la moral me ha marcado como lo hacen con el ganado. No sé en qué me he equivocado, pero me siento un derrotado. La victoria he rechazado, no quiero figurar en ningún anuario. Permanezco encerrado, aunque mi condena ya haya expirado, los ideales han caducado. ¿Qué es lo que hago? ¿Por qué aún no he disparado?... ¿A quién espero? ¿Por qué me empeño en escribir esto? ¿Qué es lo que quiero? Si no te quiero ni cerca ni lejos. Ya no me muevo y el musgo crece sobre mi cuerpo. Estoy envejeciendo y nunca madure por completo. El único fruto del árbol está seco y amargo, sus ramas se quiebran, ha sido sobre pasado por su propia naturaleza. La cosecha ya no crece en esta tierra. Me siento culpable de lo que no he hecho, al perdón yo no tengo derecho. He desecho todos mis proyectos, me cague en todos ellos. Renuncié a mis anhelos, renegué de mis besos. No hallé ese verso del que estuviera orgulloso al leerlo. Rechace el cielo por conocer el subsuelo. ("el poeta conjura, exorciza y cura, porque todos estamos heridos") Quise consolar el lamento de los que maldicen desde el suelo. Miradas de desconcierto, no sé a dónde me ha llevado mi delirio enfermo. Me siento tan indefenso que cualquiera gesto pulveriza mis huesos. Pobre esqueleto, apenas puede soportar su propio peso. Me arrepiento de no haberte dicho te quiero. Estoy tan ebrio que apenas puedo describir lo que siento. Respiro por obligación, ¿quién me ha ofrecido al paredón? Vomito mi desilusión, estoy tan intoxicado con esta visión, una ridícula simulación. Nos fugamos de la realidad y no supimos cómo regresar. La historia continua sin que participemos de sus curvas. Alguien me pide ayuda y yo ignoro sus suplicas. Monjes sin túnicas se avergüenzas de sus dudas.

No quiero que nadie me vea, tengo vergüenza de mi subconsciencia. Siento pena ajena por aquellos que se han involucrado en mi miserableza. Hundido en mi propia mierda, apesto a tristeza. Escondo mis muelas, me apena mi sonrisa ingenua. No quiero sonreír y fingir, que todo anda bien por aquí. No tengo derecho a ser feliz, mientras mi madre se preocupe por mí. Quiero dejar de existir, pero aún hay mucha vida en mí. Debo seguir, jamás dejar de escribir. No me puedo rendir, la luz depende de mí. Alcanzo a percibir, lo que nadie se atreve a sentir. El sufrimiento que te hice vivir por satisfacerme a mí. Me niego a dejarla ir, pero tengo la necesidad de huir. Escaparme de mí para poder encontrarte a ti. ¿Cómo volver a escribir? Si me hace falta vivir. Aprender a sufrir sin que nadie se apiade de mí. Que me escuche gemir y piense que disfruto hacerla reír. Es mi tortura verla feliz mientras ella me ve morir.

La medicina es un veneno deicida. La manzana prohibida sabe a tu vagina. Un dios que agoniza pulula luz de su herida. Las escamas por el suelo, como prendas desgarradas por el deseo. Un gesto de desapruebo, los santos no tienen consuelo. La serpiente ha mudado de piel y yo me abrigo en su ayer. Me desarropa los pies, me exige que lo hagamos otra vez. Succionas mi ser, me quedo el sabor de su miel que se mezcla con mi hiel. Vomito sin querer, un verso que se resbala por su piel. Al desnudo nos entendemos tan bien, que no hay necesidad de decirnos ninguna palabra al oído. Nos basta con ese gemido que los poetas aún no han descrito. Si pudiera repetirlo quisiera tener dónde escribirlo. En las piedras o en la arena, no hay lugar digno para el poema. Salvaje naturaleza nos revolcamos en la tierra, hacemos maromas en el viento, por intentar llegar al cielo. Prefiero un verdadero infierno que vivir dentro de un sueño. Como un trueno penetro las nubes del cielo. Cual vil escéptico, acaricio los clavos del incrédulo. Dude del peligro del fuego y me acerque sin tenerle respeto. Bailemos lo que dure un beso, tan fugaz pero eterno. Ya se acabo el juego y ambos salimos perdiendo. ¿Acaso te divierte mi sufrimiento? Sabes que me quede sin frenos. ¿Quieres que sienta celos? Ya no le temo a ninguno de mis pensamientos. Deseo que se cumplan todos tus deseos y que sepas que nunca es suficiente con ver cumplir tus sueños. Sacrifique mis apegos por una libertad que aún no poseo. Desperdicie tanto tiempo haciendo un recuento de mis frustrados proyectos. Cuántos anhelos a la espera de un mundo nuevo. Fui preso de mis propios pensamientos y me defraudaron las ideas de los maestros. No puedo hablar de algo concreto, mis palabras ya no comprendo. Quisiera comunicarme como lo hace un niño pequeño, con balbuceos de un lucido esclarecimiento. ¿Cómo decir: "te quiero" y que me creas lo que estoy sintiendo? Llevo tanto tiempo fingiendo que ya no sé lo que es cierto. Quisiera darte un beso sin pensar que tengo mal aliento. Tómate un receso si estás harta de escuchar mis lamentos, soy como un perro aullando en silencio. Yo sé bien que él no se merece esto, y culpo a dios que desapareció hace tanto tiempo. Ya sé que no tengo remedio, perdí el cristo que colgaba de mi cuello. La bendición de mi madre ya no me merezco por haber engañado a un amor sincero.

Por mi culpa, por mi culpa, por mis innumerables dudas. Y ya sé que no voy a poder resolver ninguna. Nadie escucha mis suplicas, sin religión alguna, no hay luz de luna en una noche que cada día se vuelve más oscura. El sol fue dado de baja en su fuga, a oscuras me voy aprendiendo tus curvas. ABSURDAS me parecen mis preguntas. Me cuestiono sabiendo la respuesta, intentando entenderlo de otra manera. El ritmo desbocado de la naturaleza, nos hace perder la cabeza. Te me insertas como haciéndome lugar en esta tierra, que la siento tan ajena. Siembra tu trascendencia y aporta a la especie su subsistencia. ¡De ninguna manera! Me borro de la existencia y le aporto aire a las generaciones postreras. Arrepentimiento es una fatiga que apaga el fuego, una autocrítica del pensamiento, latigazo de consuelo. Ya lo hecho, hecho y me echo sobre su cuerpo, reventando en sus adentros. ¡Pero mira lo que has hecho! Repetiste los errores de los ancestros, montaña de cadáveres que buscan trepar al cielo y presenciar la caída de las nuevas generaciones al suelo. Jóvenes tan inquietos, perdidos por los excesos. Sin pretextos para quejarse de sus padres que todo se lo dieron. Tan genios que decidieron enloquecer antes que lleguen por ellos… LA CULPA, de haber desperdiciado tantos versos negando besos. Y si no te regreso la sonrisa, es porque me sangran las encías. La CULPA es mía por complicarme la vida. Apretando la mandíbula renegando de mi desdicha. Discuto con mi familia, me declaro un pesimista.  ¿Acaso es el ejemplo que quieres dar? DERROTA y soledad, la ruina de la sociedad. Ya nada te puede saciar, los placeres de una típica mundanidad. Ya deja de bostezar, actúa como todos los demás, que tu presencia no se haga notar. En la oscuridad puedo testificar los delitos por los que me han de condecorar. Muy a mi pesar, te confieso que ya no te puedo amar. Censura aquellos ojos que te contemplaron desnuda, bloquea esa mirada que te devoraba con lujuria. Olvida las caricias de mis uñas y mi respiración en tu nuca. Mejor mira para otro lado mientras yo pulverizo mis pedazos. Promesas en vano, sé bien que no me has olvidado. No me dejas salir del cuarto. Soy el preso de tus parpados. Cambias de celda como de vicio a tus expensas, arrastras las cadenas que te atan a ella. Sigues sus huellas con devota entrega, imitas sus muecas con falsa naturaleza. Te extraño a mi manera negando cada una de las letras que me inspiraron (afectaron) tu belleza. Sangre sobre la arena, las olas se llevan todas las huellas. Cambia la marea y aquel cadáver regresa a la tierra. Se atasca el sanitario, regurgita lo que se ha llevado. Mi pasado toca a la puerta y el futuro me toma por sorpresa. ¿Nos hemos visto antes? Nuestras heridas parecen complementarse y nuestros traumas sobrellevarse. Parecemos causa y efecto de un mismo hecho. ¿Quién de los dos disparo primero? Los dos nos desangramos en el suelo, haciendo un charco de putrefactos sentimientos. No podemos siquiera vernos sin que nos arda el pellejo, sin que se nos quiebren los huesos. Fundidos en el cemento, esta ciudad está hecha de nuestros recuerdos. Colapsan los cimientos cada que desaparecemos. El castillo de arena de la vagabunda princesa, tiene como bandera sus cucos de doncella. Pertenece a la realeza de la cyberdecadencia ¿a cuántos ha hecho perder la cabeza con su poca vergüenza? Merodea en mi entrepierna y se adueña de mi esperma. Con mucha destreza se contorsiona hasta enredarme entre sus piernas. Aunque las serpientes no tienen patas las de ella son tan largas que recorro millas al besarlas. ¡Basta! Me quiero detener, pero no puedo reprimir este placer. Me intento contener, no puedo permitirme recaer. Postrado a tus pies, asfixiado de tu ser. No puedo respirar bien, me despierta los gemidos que emites con él. En quién de los dos estás pensando cuando te masturbas a diario. Dime que me prefieres, búrlate si quieres, de mi poca suerte y mi anticuada forma de quererte. Esto no es un cuento de hadas y tú no eres la princesa por la que yo suspiraba. - "es solo un beso"- me lo dices con tus labios de muerto, - "es solo sexo"- te lo saco y te lo meto, transpirando agotamiento - ¿Para ti qué significa esto? - Te quedas en silencio y me zampas otro beso. - "¿Para qué me preguntas eso? No te hagas el pendejo, tú sabías en lo que te estabas metiendo"-. De nada sirve el arrepentimiento. ¿cuántas oportunidades fuiste perdiendo? ¿Cuántas promesas fuiste incumpliendo? Me sigues mintiendo, en ti todo es misterio, yo soy el mensajero que asesinas luego de confesarle el secreto. Soy la conversación que te niegas a sostener. Me pides que no hablemos de él. No quieres entender quién es el intruso dentro de nuestra piel. Alguien se interpone, algo no deja que te toque. Tan cerca que no puedo distinguir dónde acaba, ni dónde comienza, y aún así sentirme tan separado de ella. No importa la distancia, me sigue afectando el filo de su mirada. La culpa en sus ojos, incita a pecar al más santo de los devotos, un influjo religioso que me condena al eterno retorno. Un camino peligroso que ya no me causa asombro. Ya no le temo a los monstruos que aparecen en mi rostro. Me reconcilie con los demonios y reivindique a los locos. Me hice el tonto cuando lo entendí todo. Desfragmente mi ego y me fui desconociendo. Cuando me vi al espejo el llanto no pude contenerlo. Detrás de la pantalla 2000 mil rostros me juzgaban. Por cada lagrima derramada, una culpa me purgaba, por cada alma condenada, una espina me torturaba, en cada llaga una guerra librada. Mis partes amputadas son souvenirs que guardas. La cama es un campo de batalla, las sabanas blancas se tiñen con los fluidos de nuestras animas. Caricias falsas que a nadie engañan. Olvide una de mis canas en tu almohada, una fibra de sueño que se marchita entre tus dedos. Nos asfixiamos en un beso, yo abrí los ojos a tiempo, pero no supe cómo detenernos. ¿Cómo aprendo a respirar de nuevo? Sin depender del aliento de tus besos y el anhelo de tus versos. Otra colilla al cenicero, respiro ceniza y miedo. Una escena del crimen en donde nuestro romance se circunscribe. El aborto de una virgen que se niega a parir cruces del cementerio, su cuerpo a la línea de fuego. ¿Quién será capaz de lanzar la piedra primero? Al paredón los ingenuos que al amor le siguen creyendo. Inocente pero perverso es el juego de querernos. Otra vez juramos no volver a vernos. Quién iba a creer que esta vez si era cierto. Regresaste un enero con promesas de un nuevo comienzo. Al fin le vas a contar lo nuestro a aquel sujeto que vive engañado pero contento. A fuego lento este infierno se fue cociendo. Los celos oxidan los sentimientos - "¿De quién es este cabello? ¿Por qué tienes esa cara de misterio? No me contestas el teléfono y usas palabras que no entiendo ¿Por qué no me saludas de beso? ¿A qué se debe este silencio?"-  ... ¡No ha podido ir muy lejos! Aún puede vernos. Sabe lo qué hemos hecho y que lo seguimos cometiendo. Al perdón no tenemos derecho. Remordimiento de habernos dado ese ultimo beso. Me arrepiento de haberte dicho te quiero. Ya no sé lo que siento, el amor no tiene remedio. "¿a dónde te duele?" -me dicen los médicos- Me duelen los sueños, me da mareo mis pensamientos y me broto con mis sentimientos -"que lo internen en el cementerio, este muerto debía morir hace mucho tiempo"-.

Sin embargo… aún sigo viviendo y me levanto de mi asiento, me enderezo y me sacudo el miedo. Ya no bostezo y escribo como bebe el sediento. Humedezco mis labios y pido perdón por toda el agua que se desperdició. Por hoy dejo el cigarro quiero hablar con los que nunca me han escuchado. Lamento haberme hecho tanto daño por sentirme extasiado. Bendigo los brazos que te den un abrazo, que nunca te falte unas manos que te estén apoyando. Que surja un te quiero en tu solitario silencio. Valora tu cuerpo como un sagrado templo. Recoge el reguero y ordena los cielos. No desperdicies tus semillas, no malgastes la vida. ¡¡RECICLA!! No deseches los días deseando no estar viva. Respira y agradece por la herida que te conecta contigo misma. Las mujeres están hechas de cicatrices y de un silencio virgen. Mejor cierra las piernas y abre la boca, GRITA que no estás loca. Aunque crean que estás sola, te acompaña la luna roja. TÚ que te pariste sola, no necesitas que un hombre te diga cómo hacer las cosas. Aprieta mis bolas, enséñame a valorar a tu persona. Apiádate de mis hormonas, yo no pretendía ser tu sombra. De barro y pecado está hecho nuestro amor nonato. Quédate a mi lado otro rato, soñemos con la vida que no nos ha tocado. Del sueño somos desterrados, deja que te pida un ultimo abrazo, un jardín desolado, un Dios que permanece aislado.

Me señalan con el dedo pulgar, yo no te quise fallar. Me siento incapaz de vivir, pero no estoy preparado para morir. No sé si esto es ficticio, pero me doy en sacrificio. Me siento culpable por lo que no he dicho, por no saber decirlo. Me despido tranquilo de haber intentado decírtelo. Regrese a mí mismo, a mi insondable vacío. El abismo me fue despojando del delito y limpió las alas que llevo conmigo. Me lo confesé al oído y alteré el destino. Controle el reflejo del décimo tercer espejo. 12+1, me marca el reloj, el tiempo nunca me alcanzo para justificar mi error. Me culpo de ser quién soy, la promesa de un mundo mejor. En mis manos tengo la salvación, abraza la creación como aquél loco que encuentra redención, en el abrigo de su camisa de fuerza que le brinda protección. Después de cinco lustros en esta prisión, visitaste el lugar de mi resurrección. En tu buzón de voz mi alma solloza una ultima confesión. Él la escuchó y descubre el rollo entre los dos, se revela el misterio de nuestra crucifixión… Cuando ella regresó se alimentaba por dos. En sus manos mi mechón, diciendo que él se lo devolvió la noche en que te perdonó. Deshazte de la ultima prueba del sueño que nos desvela. Niega todo lo que paso, dile que ya te encuentras mejor. Severo caso de despersonalización, conocerte provoco que me desconociera yo. La "Toska" y la "Litost" no me permiten valorar lo que hay a mi alrededor. No existe resignación que pueda aliviar esta decepción. Las palabras que digo carecen de mi voz, sé que hubiese podido haberlo dicho mejor.

- “¿Qué es lo que has hecho todo este tiempo?”- Me la he pasado mirando el techo, mientras el cielo se hace más estrecho. Me masturbo releyendo mis más íntimos secretos. Llevas tanto tiempo que no escribes algo nuevo, que por eso abandone este cuento. El mundo entero te cree muerto desde que dejaste de participar en este juego. Si desean recriminarme por algo que aún no he hecho, aún están a tiempo porque he decidido seguir viviendo. La muerte es lo único que me pertenece, la vida se la debo a ustedes. 

https://www.youtube.com/watch?v=xdPqg-tcAWU

Los noséquién (borrador)

Yo los conozco de algún lado, de un tiempo sin futuro ni pasado. Estaban (estarán) en todos lados, en cada esquina de cualquier barrio. En los parques podías verles, en los arboles solían esconderse. Se acostaban cuando llegaba la luz, compartían las noches con otros sin nombre. Cumplían vida en vez de años, la muerte no les causaba espanto. Eran eXXXtraños, como niños en la noche columpiando su inocencia hecha pedazos. Qué si eran poetas? ellos no les interesa. Vivían con ligereza cargando el mundo a cuestas. Se reían con la boca cerrada, lloraban con la herida abierta. Su coraza; de ropas desgastadas que conservaban por pura nostalgia. A pesar de las chaquetas, sus almas permanecían sin ninguna prenda.

No sabían de lenguas, pero hablaban hasta con señas, eran silenciosos de pies a cabeza, pero cuando pensaban sus ideas gritaban. Su corazón los delataba cuando pecaban. A escondidas se amaban, por los ojos se les salía el alma. Se fumaban las lunas en noches oscuras. Quemaban hierba para santificar sus vueltas. Giraban de cabeza, un viaje que no cesa. Sus ideas eran como piojos, se propagaban entre cabellos rojos. Despelucados a su manera, llevaban el alma revuelta. Se peinaban con los dedos para acomodar los pensamientos. Estaban en duelo con sus sentimientos, se notaba en su mirar intenso. Qué si jamás existieron? Ellos están hechos de sueños. Compartían el pan de su paladar y el humo que solían exhalar. Escupían mariposas de ceniza, saliva que volaba a la deriva. Lo tenían todo porque les sobraba los despojos. Sus alas parecían hechas de chatarra, sus animas eran recicladas. Alzaban el vuelo y rozaban el cielo. Eran etéreos cuando soñaban despiertos.

La camilla N.13 no tiene permiso de visitas, el paciente no tiene derecho a la vida. Se le ha prohibido el aire por exceso de alas, sus pensamientos levitaban. Sus ideas alborotaban a las ratas del basurero que frecuentaba, a las moscas fastidiaba con sus malas mañas. El sujeto era un primitivo con el corazón puro y divino. No hacía daño a nadie, ayudaba a los presos a escaparse. No señalaba a nadie, pero el tiempo se encargaba de juzgarle. No merecía la excomunión, pero no le interesaba la salvación. Era un preso liberado que se quedo en la celda por las costumbres que le inculcaron. La camilla N.13 también era un No sé quién, el más curioso entre sus filas, de una locura divina. Su obsesión era el Dios que todos llevamos en nuestro interior. No pudo ser, pues esperaban más de él. Quiso querer, pero el amor no le bastaba para ser él. Supo lo que era el odio, cuando el amor lo dejo solo. Los abismos de sus ojos eran infinitamente hondos. Sus alas siempre sucias, eran de la materia más PURA. Un águila desplumada, el nido era su jaula. Era como un florero que se deshoja entre cristales, eran el recipiente de todos los ideales. Rutas por dentro sangraban como una herida en el concreto. Polvo de fuego ardía en el cemento. Eran como colillas de lo eterno. Eran el reciclaje de la belleza, eran la basura que se desecha, donde crece una nueva idea y nacen racimos de estrellas. La más colorida entre ellas, perdió la cabeza. Esa flor del color del camaleón que se teñía del cualquier Sol. Maquillaba sus escamas, cambiaba de piel entre palabras. También era, es, o será, un No sé quién, pero quién lo iba a saber.

Alma

Bestia encarcelada en sus propias entrañas,

Se esconde del sol en las mañanas.

En un féretro de carne y hueso

Se refugia del inmenso cielo.

Un nido a sus alas le da cobijo,

Descansa del vuelo fallido.

En otoño su memoria se deshoja

En invierno el infierno es de hielo.

 

Espectro tormentoso que se alimenta del dolor

Busca en la carroña las sobras del amor.

En su caverna no entra la luz,

Su historia se ha escrito a contraluz.

Los colores son mitos que no conoce

El lienzo virgen lo reconoce.

 

Cada rincón de sus aposentos

Es de una clara oscuridad,

En su ceguera todo lo observa,

Testigo de la sombra eterna.

Abstracción de la soledad, 

El reflejo manifiesta sus gestos.

 

Tan ingenua que aún cree en ella,

Tan inocente que espera la muerte.

El delirio la estremece

El hastió apacigua su quejido,

Llora se queja y no conoce el consuelo

Disfruta del color negro.  

Si alguna vez no vuelvo a renacer

Si alguna vez no vuelves a saber de mí, no pienses que hui, no digas que me fui. Yo regresaría por ti, aun si me quedo aquí. No creas que no te amé, tú sabes que lo intenté. Yo sé que te falle, pero lo estoy intentando otra vez. Ya lo sé. Prometí no volverlo a hacer, pero esta vez va ser la última vez. Al fin me ves, y yo empiezo a creer. No tuve elección, ser o ser, es mi obligación. Una suicida misión, sacrifica tu corazón en nombre de lo que llamas amor. Continua esta oración, aunque el cuento ya se acabó. No hay opción, aún no se acaba la canción. IMPROVISACIÓN, en el internet nunca encuentro una nueva versión. Siempre escucho el mismo coro por no saber vivir en otro tono. El ruido me está volviendo loco, a la vida parece que no entono. El llanto de un monstruo me pide que no lo deje solo. Grito en verso y el sonido en reverso ¿me están escuchando? Tengo algo que decir… pero no les quiero mentir. Ayúdenme a continuar, no cedan su voluntad. El aire me comienza a faltar. Besémonos hasta que no podamos respirar, si dejo de fumar no hay nadie que me pueda hacer callar. En silencio siempre digo la verdad, un eco en mi lugar, un murmullo en la eternidad.

Si alguna vez no vuelvo a saber de ti, soñare que aún estás aquí, que nunca me fui, lo hice por ti. Tuve que aprender a vivir, a desangrarme y saber sufrir, a deshojarme y sobrevivir. A mutar en cada despertar, a morir hasta dormir. De los escombros me rehíce de a trozos. Contra la entropía, intente reordenar mi vida, juntar mis cenizas y avivar la antorcha de SOPHIA. Quemar las nostalgias e incendiar mis nuevas esperanzas. Lázaro en su resaca, no se pudo levantar de la cama. Me arranque de mi espalda la cruz que tenía clavada. 40 desiertos en un día y no termina mi travesía, tanto daño me he hecho que hasta mis enemigos se convirtieron en aliados, me acusan de ingrato, pero no saben el favor que les he hecho al haberme alejado. Te extraño, aunque ya te haya olvidado. Siempre es lo mismo y parece que no me canso de repetirlo.

Resucito en la mitad de tu ombligo. Mis escombros esconden andamios donde anidan los pájaros. El sol nace en mi cuarto y los ríos circulan en mi baño. El espejo ya no me causa espanto y el reflejo se ha renovado. De pronto alguien abre la puerta y es la desgracia que nunca se tarda. Me niego a mirarla y su cara me delata, no quiero escuchar mis propias palabras, al recitarla me parecen tan falsas. No digas NADA, quiero escuchar cómo callas. Ya lo sé todo sin haberme enterado de nada. ¿Qué esperabas? Si me la paso viendo la ventana. No hace falta que lo escondas tras tus sabanas, de la verdad nadie puede escapar, huimos del amor, prófugos de los dos. ¿Qué será del 3? ¿Con qué le damos de comer? Ya no hay agua que beber, los niños ya no podrán crecer. Se niega el ser, nadie sabe para dónde se fue. Si no nos volvemos a ver, voy hacer un retrato de tus pies. No he podido terminar de leer lo que me escribiste aquella vez. Y ahora son tus huellas las me alejan de tu presencia. Doy un paso hacia la vida y la muerte retrocede con su agonía. Me dice que ya se acerca el día, que el reloj está en contra mía. El último acto se avecina, no puedo prolongar la vida. Un renglón a la deriva, sin algún verbo que le sirva de guía. El camino se vuelve más estrecho. No sé si pueda tolerar esto. Tal vez necesite ayuda, pero a todos les parece normal mi conducta. "Todo va mejorar" me repite mamá, pero sus palabras sólo me hacen empeorar. ¿Por qué no me puedo concentrar? No sé de qué manera poderme expresar. Tengo que aprender a cantar, sintonizar mi voz con el susurro universal. De pronto un ruido me despierta, eres tú haciendo las maletas. Te pregunto: ¿a dónde vas? Me respondes: Esta vez soy yo la que se tiene que largar. Si acaso no nos volvemos a encontrar al menos sé dónde no te voy a ir a buscar. El amor no es un hallar sino un ser hallado. Hasta en el último rincón te he buscado. Deja de esconder esa mano, ya sé que mi corazón te has llevado. Un souvenir te has ganado, mi amor no necesita de ese órgano degastado.

¿Cómo volveré a escribir con esta mano? Si mis dedos ya te han acariciado. Como quien intenta ver en la oscuridad con el tacto, he sentido el contacto. Como un milagro me salvo, en el naufragio me he liberado de mis pecados. Extiendo los brazos y abrazo el destino que tanto me he negado. Los fénix no ponen huevos, son hijos del fuego. Si alguna vez no vuelvo a aparecer, mira bien, porque a tu lado yo siempre estaré. Me empiezo a desvanecer, como la tinta en este arrugado papel.

Daño Cerebral

Daño cerebral, parálisis mental.

De un shock emocional, caigo de para atrás.

El vértigo se convierte en ansiedad

Cuando desciendo por un abismo sin final.

Un dolor gesticular, una mueca de funeral.

Hiperventilar y perder el compás,

Penetrar la caverna de la soledad.

Ningún rincón donde se pueda descansar,

Ni escondite donde nos podamos ocultar.

Repetir el ritual, muy lento respirar.

Entre dientes rezar por la vil humanidad.

Limpiar la sangre que mancilla el cristal,

El amor se seca como el esperma

Del deseo se fermenta y emborracha la cabeza.

De nuevo husmeo en mi cerebro;

Quizás encuentre una respuesta

Una verdad ciega, una inocencia vieja.

Lluvia con nieve

Lluvia con nieve, asfalto entre los zapatos de la gente. Todo se mueve, Dios gira por siempre. Lluvia con nieve, mi corazón no se detiene. Acelera el tiempo que lo retiene. Lluvia con nieve, repiten los niños que se mueven, de un lado al otro entre la gente. Lluvia con nieve, absorbe un copo del cielo, se inhala cenizas del infierno. Lluvia con nieve, el rodadero está cubierto de mojones de excremento. Lluvia con nieve, me refugio en un voladizo, mientras visualizo mi destino. Lluvia con nieve y las gotas se avientan de repente, como un llanto inclemente. Lluvia con nieve y me cae un copo entre los dedos, apagando el cigarrillo que llevo entre ellos. 

En las filas de la prisión

En las filas de la prisión

Un pupitre se descarrilo.

Se enmudece el eco del profesor,

Los niños gritan a todo pulmón.

 

En las sillas de atrás, los raros se sientan allá.

Suelen murmurar pero nadie los suele escuchar.

 

No puedo pensar, suelo divagar,

Tanta gente que a mi lado está,

Y tan solo me puedo encontrar.

 

Tantos rostros fragmentados

Por espejos rotos y lacerados,

El reflejo hecho pedazos.

 

A la salida del colegio nos vemos

Necesito contarte un secreto.

Entre tantos niños riendo

Gritarte que te QUIERO.

 

Pero los niños carecen de emoción

La escuela como un cementerio

Donde ya no hay rondas al sol

Ni cielo donde brille una ilusión. 

Sigo encarcelado

Sigo encarcelado

Aun antes de nacer me encontraba enjaulado,

Como un enfermo en cuarentena

Como un demonio en su condena.

Aun antes de nacer me encontraba enjaulado

Como un monstruo por los muros confinado

Como una bestia en su pantano aislado.

Aun antes de nacer me encontraba enjaulado,

Como un pecado encantado

Como una virtud condenado.

Aun antes de nacer me encontraba enjaulado.

Como un gusano en su manzana

Como un hoy en el mañana. 

Tirado en una cama sin cobijas ni colchón

Tirado en una cama sin cobijas ni colchón

Mi cuerpo reposa en un letargo que nunca comenzó

Como una piedra que gira por sí sola,

Un pensamiento me arrebata el corazón

Todo emerge de forma autónoma

Y me alberga la primera cuestión

¿Quién soy? 

 

En una silenciosa quietud,

No reconozco si mis ojos están abiertos o cerrados

Todo es de una luminosa oscuridad

Y no puedo reconocer las formas de mi alrededor.

Mis ideas son tan abstractas como las de un niño en delirio 

No reconozco ni el tiempo ni el espacio.

 

Sin saber si he muerto o he nacido

Permanezco estático en un mutismo vibrante

Donde cada partícula aparece y desaparece

Sin sentido ni control,

Sincrónico caos que gira alrededor.

 

Una terrible aflicción se apodera de TODO YO

Me palpo el pecho y no encuentro un corazón

No sé de donde proviene la música que late en mi interior

Me duele hasta el cabello y las uñas rasguñan mis dedos.

 

Aparece esa irritante sensación, de estar acostado sin dormitar

Algún sueño lejos de aquí y más hacia allá.  

Comienza a dolerme la espalda,

Y siento cada una de las tablas donde mi alma está clavada.

 

Me hastió de un agridulce sabor

Y mi flema sabe a placenta o alcohol.

No recuerdo cuando nací o cuando morí

De seguro estaba tan borracho que no era yo quien estaba allí

  

De un suspiro me levante, sin poder respirar llore

La náusea me impulso a correr 

La vida en un sucio baño vomite

No pude levantar la tapa y arruine la tasa

Mi bilis se desborda por la cañería

Y apesta a nostalgias pasadas.

 

Me asome por el pequeño agujero del drenaje

Mientras mis entrañas eran expulsadas,

En aquel angosto portal pude vislumbrar

El futuro que jamás llegará

¿Qué mierdas fue lo que hicimos?

Este es el momento de la historia en el que te preguntas, ¿Qué mierdas fue lo que hicimos? 

Este es el momento de tu vida en el que te preguntas ¿qué es lo que he hecho? Un crimen sin hechos. Un pecado que aún no cometemos. Juntos pecaremos, al diablo acudiremos, él se niega a vernos, nos tiene miedo. Nunca rogaremos, desde el cielo un ángel vino a vernos, nos anuncia que pronto moriremos, que Dios le urge vernos. Como de costumbre lo ignoraremos, no nos interesa su redención de sueños. Despierto en un infierno que se parece al cielo. No te tengo miedo, al sol observo bien atento. Desperdicio de las lágrimas que se empeñan en apagar las llamas que de mi emanan.

¿Qué es lo que han hecho? Desfiguraron mis sueños, contaminaron mi pensamiento. Censuraron mis sentimientos, saquearon mis anhelos. Se han llevado mis esperanzas, me amputaron mis alas. Traficando almas, corrompieron mis palabras. De mis nostalgias reviven los fantasmas, el reflejo espanta y ya no puedo mirarme a la cara. ¿Qué es lo que hemos hecho? Nos castiga nuestro propio pensamiento, nos señala el espejo, nos juzga el tiempo, nos tortura nuestros propios sentimientos. ¿Qué es lo que hemos hecho? Que no me arrepiento, volvería a cometerlo y repetiría todo de nuevo. Huyendo del destino voy persiguiendo mi camino. Desafinar también es una forma de cantar. Me voy a equivocar sin temer a fracasar. Lo voy a intentar una vez más. Todo tiende a cambiar y eso siempre será igual. Me voy a transformar, mis palabras comienzo a editar. Todo estuvo mal, del comienzo hasta el final. No nos teníamos que encontrar en esta realidad. Profanamos nuestra santidad, vendimos el alma para no poseer nada. El diablo nos suspiró en la cara, nos propuso una cura que nos calmara, rechazamos sin vacilar, la duda no tiene saciedad. Sin tener nada, conozco la paz. No quiero nada que me puedas dar.  ¿Cuánta energía desperdiciamos? La respiración derrochamos. La ansiedad que me acribilla el pecho ¿Qué es lo que he hecho? Me pregunto en silencio, se me acorta el aliento. Respiración en acecho mientras lo prendo de nuevo.

 

Sé lo que hice y me hicieron y sin embargo lo niego, si he sido culpable de nuevo es porque asumo ser libre en mi vuelo. Asumo las consecuencias de mis actos, me lavo las manos con la sangre de mis propias manos. Me he equivocado, no era por este lado, ni por el otro costado, no había camino equivocado sino se quiere ir a ningún lado. ¿Qué mierda fue lo que hice? Que estoy tan triste por lo que hice, y me da miedo que nunca terminé esto.  No supe en que momento parar, me detuve demasiado a pensar. No hice lo que quería hacer, fui esclavo de mi propio interés. Comienzo a entender que no hay nada que yo pueda hacer, me equivoque por no leer las instrucciones de mi SER. No sé qué hacer, pero lo voy a intentar otra vez. No había puerta que me diera la respuesta. No había droga que tranquilizara mis dudas locas. Sé lo que hice y hay cosas que no volverán a repetirse.  

El accidente de haber nacido

El accidente de haber nacido.

Un año más en el nunca jamás.

Envejecer es como retroceder hacia delante,

con el tiempo hacia la derecha del caminante.

Otro año en espera a que la muerte llegue sin darme cuenta.

La vida me supera, sobrepasa mis fuerzas.

Quiero vivir a mi manera, quiero escuchar otras respuestas.

Al reloj sigo dando cuerda, se detiene cuando vivo de veraz.

Quiero dar un giro por mí mismo.

Quiero encontrar otro camino.

Quiero salir de mi mismo.

La vela que desvela se vuelve humo para llegar a las estrellas.

2000 mil maneras de contar la misma anécdota.

Es la historia de la tierra que nos cuentan las estrellas.

Es el sol que no se apaga que me recuerda que ya es mañana.

Me siento tan indefenso, ante la amenaza del tiempo.

Como naufrago en el mar, no importa donde girar.

Me arrastran las olas, hora tras hora.

Me canso de perseguirme la cola.

Tan asqueado que no tolero otro bocado.

Este es el último cigarro, me repito cada vez que inhalo.

Escupo el quebranto y a mis palabras espanto.

Sigo llorando aunque las lágrimas ya se hayan acabado.

No sé cuántos años llevo sintiendo que me estoy muriendo.

La vida me sigue puyando y apresura mis pasos.

No sé cuánto tiempo llevo llorando, pero mis ojos permanecen irritados. 

De mis pestañas un fuego verde se derrama. Me incendia la mirada,

Un espejo que no dice nada. Refleja el nirvana. 

Estoy cansado

Estoy cansado

Cansado de mí, de ti y de los dos,

Cansado de no saber qué es el amor

Cansado de escuchar la misma canción

Cansado de escribir la misma oración.

Cansado de mis dos manos

Cansado de no saber lo que hago,

Cansado de mis pasos

Cansado de estar sentado.

Cansado de levantarme en las mañanas

Cansado de acostarme en las madrugadas.

Cansado de no saber si estoy despierto

Cansado de soñar con los ojos abiertos

Cansado de no poder descansar

Cansado de vagar

Cansado de hacer todo igual

Cansado de quererme diferenciar.

Cansado de hacerme notar

Cansado de quererme ocultar

Cansado de gritar

Cansado de callar

Cansado de hablar

Cansado de escuchar

Cansado de crear con la misma mano

Cansado de destruir a cada paso

Cansado de no saber por qué lo hago

Cansado de cuestionar mis actos

Cansado de desobedecer mis reflejos

Cansado de mentirme en secreto

Cansado del sabor del cigarro

Cansado del olor de lo que inhalo.

Cansado de que sea tarde

Cansado de que nada acabe.

Cansado de volver a comenzar

Cansado de nunca poder terminar.

Cansado de mis ojos

Cansado de verme el rostro

Cansado del espejo

Cansado de mi propio reflejo

Cansado de no saber lo que quiero.

Cansado de querer algo ajeno.

Cansado de tantas dudas

Cansado de no responder ninguna

Cansado de la luna

Cansado de la noche oscura

Cansado de la lluvia

Cansado de llorar a oscuras

Cansado de la 3 am

Cansado de no saber lo que sientes

Cansado de no verte

Cansado de sentirte ausente

Cansado de ayer y de mañana

Cansado del sol de hoy

Cansado del reloj

Cansado de no saber qué horas son

Cansado de estar cansado

Cansado de estar harto

Harto de estar cansado

HARTO de esperar a que vuelvas

HARTO de regresar a tu puerta

HARTO de mirar por la ventana

HARTO de quedarme en la entrada

HARTO de ver la gente pasar

HARTO de no saber en quien confiar

HARTO de querer creer

HARTO de no tener FE

HARTO de la ilusión

HARTO de ser YO

HARTO del odio

HARTO de no comprender al otro

HARTO de verte de reojo

HARTO de que no me veas a los ojos

HARTO del pasado y del futuro

HARTO del presente en el que estoy

HARTO de no saber quién soy

HARTO de ser quien creo ser

HARTO de rozar el cielo

HARTO de arrastrarme por el infierno

HARTO de estar mamado

HARTO de sentirme fatigado

HARTO de las palabras

HARTO de no encontrar la que falta

Mamado tanto de la vida como de la muerte

Mamado de no saber lo quieres

Mamado tanto del sí como del no.

Mamado del sonido de mi corazón

CANSADO, HARTO y MAMADO

MAMADO, HARTO y CANSADO

Mejor descanso, para continuar cansado.

 

 

Es casualidad



No sé escribir algo que no sea sobre mí, tanto me desinteresan los demás que por este hecho no puedo mentir.
Ya no me muevo, estoy quieto justo donde me vieron por última vez.

¿Buscar? ¿Buscar? Nada más engañoso, no hay felicidad real que se consiga con esfuerzo, habrá satisfacción, quizás muy reconfortante, pero la felicidad está en lo que no tiene esfuerzo y es plácido. Encontrar sin buscar siempre dará más felicidad que buscar y encontrar.
Cómo han cargado de moralidad trabajadora y esforzada a la rueda de la felicidad. La herencia cristiana de la justicia araña como diría Nietzsche.

Soy el experimento viviente de que tener lo necesario no hace feliz. Si bien es casi imposible sin esto, no es esto lo que hace feliz.

-Qué le apetece señor. -Otra vida, ya me tiré esta.


Corriendo me encuentro hace tiempo, a veces me parqueo en alguna piedra del camino o comienzo a hacer vuelos principiantes, cayendo y subiendo a las colinas para tirarme, entonces veo que me alcanzan la angustia, incerteza, el miedo y la desidia. Tengo que bajarme y comenzar a correr, no me queda más remedio, porque ensayar para volar no puedo seguir intentando, al menos no peco de terco. ¿O peco de no terco? Pues en mí todo se vuelca malo a ratos, soy inconstante en lo útil y terco en lo que me hunde.

¿Es el dolor un ensayo de la muerte? ¿Habré ya, ensayado demasiado a mi corta edad? ¿Desconozco tanto que duele? ¿Desconozco tanto qué duele? ¿Es la forma interrogativa, al espíritu una amonestación? Pues suelo con placer enfermo tocar la llaga abierta que, sin más que dos, duele como una grande.

Se me dijo que consumí y no pagué; porque no entendí las relaciones modernas; porque viví muriendo de noche y naciendo cada día; porque acepté con presurosidad y sin resistencia la muerte inevitable; porque febril mentí y usurpe la atención del enfermo; porque presumí de mi dolor, aunque fuera una deuda no paga; porque acepté las concesiones de los superfluos, afanoso de reconocimiento presté mis desvelos.

Es así como se configura mi agonía y la persecución ocurre incesante en mi mente. El dedo señalador me apunta sin tregua ni césamo. No hay derecho a perder, no hay perdón por su escogencia. Soy un perdedor y estoy sólo.

Es la gloria de la sociedad la mayor flaqueza del sujeto, la incapacidad de estar sólo. Se convierte en algo enfermizo.

Nunca culmino nada ¡qué novedad! Y siempre mantengo en mente que lo que culmina es oda a la muerte.
Poema presentado a concurso "La vida, mapa de la poesía" 2016 - No ganó

Egoísta pretensioso

Podría decir que finalmente me convertí en lo que aparenté.

Una mancha en la pared, la escoria del mecanismo social, lo que desdeño, lo que no sirve y de lo que sería mejor prescindir. Lo que encuentra placer en lo mísero e inútil, que se embadurna en superficialidades y se revuelca en el fango. Con todos los vicios acrecentados, con todos los pecados capitales acuñados, con una perspectiva cada vez más cerca del suelo, con todos los sueños despiertos, algunos negociados y erotizados. A veces siento Schadenfreude, pero no por el mismo camino que lleva a la gente a sentirlo. Mi camino no es más sublime, aquí no me salvo. Ese maldito regodeo por todo lo malo, que atropellen a un gato, que al desgraciado le vaya peor, me simpatizan quienes cambian compasión por burla, los que se masturban pensando en su madre, los que huelen mal y son inoportunos, los agresivos y odiosos, el habitante de calle soberbio y altivo, las malas costumbres y el estrés en la calle, la gente que se cola y los que hacen copia, los que suicidan en especial son los que más me agradan.

https://www.youtube.com/watch?v=gJ0an1dsnyY

Me parece que está bien que se robe y también que se mate, siempre es confortable tener un rango de posibilidades más amplio en la vida sin tener que recurrir a la muerte por uno mismo. No me importa o al menos no quiero que me importe el dolor ajeno, me cago en él y en sus adictos. No me importan los demás en absoluto, aunque a veces me engaño y os engañe en que sí.

¡Soy un egoísta acérrimo! Soy tan egoísta que ni siquiera pienso en mí. A veces por eso mismo pienso que soy una persona distinta a la que creo ser, que no soy yo y por eso no me importo, que de pronto no soy de este mundo y por eso no me importa lo mundano, que de pronto no soy real y por eso no me importa la realidad.

A veces me dan tantas ganas de verte, y hablo contigo y me acerco a ti y se me van derritiendo las ganas, hasta que después queda un compuesto transformado que no apetece mantener en las manos. Pero no eres tú, quiero creer, pues me pasa también conmigo, cuando tengo tiempo y me doy cuenta y me doy cuerda y atiendo a mis asuntos, a mi vida y a mí mismo, cuando me apetezco y caigo en mí, luego me aborrezco, soy despreciable, me desprecio a mí y a veces no encuentro punto de comparación entre el desprecio que siento por mí y el que siento por lo que está alrededor. Sin duda, algo afecto a algo, mi yo suntuoso y narcisista cree que el ambiente me cagó; mi yo sin fortuna dice que muy posiblemente no es culpa mía, pero que aquí estoy yo jodiendo las cosas, la gente y el ambiente; mi yo pesimista va de un lado al otro creyendo también que el ambiente está jodido pero también yo, y que si fue primero el ambiente quien estuvo jodido es porque existió antes que yo, pero bien hubiera podido existir yo primero y haber estado jodido primero yo. Que mi existencia sólo empeora las cosas, que las pobres cosas sólo empeoran mi existencia y que la realidad sólo tiene un léxico de pesares.

Ya no le camino más - Return to the Convent, by Eduardo Zamacois y Zabala, 1868

 

He olvidado mentir

“¿Están todos dentro?” Yo me he quedado por fuera de mi espectáculo.

...Deberíamos llorar al hombre que nace y no al hombre que muere...

               

He olvidado mentir; ya no pretendo escribir. No volveré a perturbar al silencio, con lo mucho que lo quiero ¡¡que lo voy a venir manchando de la sangre de mi lengua!! Que miente sin pudor ni pena, que lame las piedras, que extraña la entrepierna de ella. No volveré a aullar, a este perro le voy a poner bozal. Me voy a cortar la garganta, para que el corazón no tenga como hablar, para que el sentimiento no se pueda escapar. A la idea la voy a encarcelar, no quiero volver a pensar; confundo la realidad, no me interesa vivir más… ¿Acaso puedo callar? Me lo he prometido tantas veces, que ya no creo ni en mis silencios, que no confío ni en el espejo. Refreno las náuseas que me produce seguir existiendo. Veo pero no observo. Oigo pero no escucho. Huelo pero no olfateo. Pruebo pero no saboreo. Toco pero no palpo. Siento pero no percibo… ¿Acaso una piedra puede sentir dolor? Ya no necesito de mí alrededor, me sobra aire y agua, le voy a devolver los rayos de luz al sol. No necesito más que a mi YO, en eso radica mi egoísmo; en odiarme a mí mismo. En arremeter contra mi reflejo, duelo justo de caballeros; por la espalda me ataca y de frente a la eternidad, yo me defiendo poniendo el pecho con el corazón abierto. Como un perro rabioso, muerdo las piedras del jardín del edén. Quiero astillarme los dientes para no volver a masticar al tiempo; que no me deja ni recuerdos, que se lleva mis sueños, que sabe a vacío sin sentido, como arena en la boca, un chicle a todas horas. Ayuno y apatía: el deseo de no querer contaminar la nada ocupándola de esperanzas falsas. Con un gesto de memoria, cierro mis labios para escuchar los condenados en la horca de mi úvula. Fuerzo a las palabras, las exprimo para que me digan algo, para que se apiaden de mi estado. Necesito decir algo, algo que entienda y note su existencia. Algo que pueda decir al levantarme y al acostarme, algo con lo que pueda consolarme. No importa si es un monosílabo sollozando, me basta con encontrar la próxima palabra que continúe el renglón, alguna con la que se pueda expresar mi corazón.

 

¿No me entiendes? -Tampoco yo. Nunca fue fácil entender a Dios ¿Acaso moriremos en la incomprensión? ¿Jamás vamos a entender al amor? No me puedo consolar con las palabras, cuesta trabajo callar los gritos que no me dejan escuchar al silencio; que TODO lo dice y lo oye, que no tiene nombre, una eternidad sin principio ni fin. Una espalda a la vida que contagia a la muerte de recuerdos: Que son como sal, que no alimentan pero que saben a pan ¿se puede sobrevivir del recuerdo? La mentira del pensamiento, el placebo del presente para recuperar el tiempo atrás -lo que ya se va, lo que ya no está-. Pero… ¡NADA se oye!... Nada se puede escuchar, el silencio es una quimera en el reino de la inexistencia. Vivo con la necesidad de no creer en mi existencia. De saberme en el NO-SER, aunque nunca entendí a que me refería con “ser”. Como un niño que aúlla a la luna desde su cuna, me pregunto sin respuesta alguna. ¿Tengo la culpa? De anhelar, con la necesidad innata de respirar. Deseo más de lo que cabe en mi cuerpo, mi alma se desborda por los poros de mi carne y mis huesos, muero tan despacio como el humo se evapora al exhalar, inhalo sin poder respirar. La voz inmortalizada en la palabra es un síntoma de mi NADA. Aun el más mínimo sonido que produce mi corazón, engaña creyéndome vivo, pero no hay fuerza para cargar mi propio nombre, pero no hay ganas de caminar sobre mis huellas. ¿Y qué? Ninguna fuerza para esperar a que termine esta espera.

Semejante a un fantasma mi alma divaga por las calles solitarias, en la cima de la desesperanza me postro a mirar más allá de la montaña, la niñez que nunca tuve ni tendré, porque el tiempo no me pasa, yo paso por el tiempo, que no se molesta en parar a saludar, que nunca mira para atrás. El sueño siempre una necesidad de la cual se busca nunca despertar, cansado me hundo en las sabanas derrotado por el cuerpo, fatigado por mis lamentos.

 

Si escucharan mi verdadera voz, les sangrarían los oídos. He soñado con ser sordomudo, así no tendría que hablar ni escuchar a nadie. Pensarían: "que miserable hombre" se hartarían de mi silencio y poco a poco dejaría de existir para ellos. Bienvenido a mi cirque, al acto sin actos, no tiene asientos y a todos nos toca parados. “¿Están todos dentro?” Yo me he quedado por fuera de mi espectáculo. No sé realmente con qué finalidad lo escribo, pero necesito que alguien sepa de mi perpetua condena. Unos ojos que me contemplen sin el peso abrumador de los juicios de valor, una sonrisa que defienda la felicidad de la obligación de ser feliz. Salgo a pasear sin perro que me acompañe que ya no ladra ni olfatea traseros. Aún se escucha el maullido de una gata en celo, a punto de saltar del balcón de la desesperación. Soy un pájaro sin alas, que no silba pero solloza al cielo, que le ha negado vivir en su inmensidad, condenado al suelo me arrastro desde abajo como un caracol que trae en su concha a dios.

He soltado las cadenas que sujetaba con fuerza, pero aún queda un hilo inquebrantable con mi YO, que se aferra a los pelos de mi entrepierna, que me sujeta de la cabeza. Sea cual sea la respuesta, puedo decir que “nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, solo pienso en cómo salir, sin hacer ruido… Sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esta manera, sentir la ilusión de no haber existido”. De no haber mentido. Mis fantasías nunca se habían encontrado tan lejos de la realidad, me es ajena la existencia entera, mi silueta se abstrae por el filtro de la materia. A veces nacer y a vece ganas de acabar con TODO, me la paso observando al sol naciendo por el mismo hemisferio opuesto en el que se suicida al caer la noche. Una rata agoniza en el andén con las tripas esparcidas por la acera, la sangre colorea de matices intensos el gris de la carretera. Las ratas tienen el mismo destino de la humanidad, una plaga que se expande por las calles cósmicas esquivando la fatalidad de la naturaleza, que no conoce la piedad e indiferente de un bocado todo se lo ha de tragar. Como una rosa de ceniza entre mi boca, el humo exorciza las palabras nunca dichas, víctimas del crimen del sentido, de una soledad que han de olvidar cuando el viento me lleve a la eternidad.

 

Afuera hace ruido y la lluvia es el llanto de un eterno quejido, deberíamos llorar al hombre que nace y no al hombre que muere. La vida se crea en el delirio y se deshace en el hastío. Aún repito tu nombre como una grabación que se repite en el infinito ¿Y si fuiste el sueño del lenguaje para pronunciar lo innombrable? Y si no existes más que en mi vocablo, de un analfabeta que no sabe más de cuatro letras y repite con insistencia: AMOR, AMOR, AMOR, como si al expresarlo valiera su presencia, como si fuera más que una fantasía ingenua. Pero si no fuiste más que el poema de un miserable poeta, que carecía de creatividad para expresar la mentira que nos hace verdad, en la realidad que nos es tan irreal. No tengo fuerzas para pronunciar, el verbo se ha de cansar de respirar. “Tanta soledad que hasta las palabras se suicidan” que mi lengua he de arrancar, te la voy a regalar para que solo tú la puedas besar. Solo conozco el sabor de tu saliva, único líquido de vida que sacia mi sed de muerte. He de beber del pantano de los recuerdos que me tienen con los labios secos. Ahora que has cocido mi boca, te entrego esta lengua rota. Si ha de salivar es porque aún deseo husmear más allá de tu garganta.

 

Pero descuida que ya no podrá cantar la pena que me has dejado al marchar lejos de esta soledad… Ya no se escucha ni el silencio…

https://youtu.be/iQA_vF94qWw?t=40m28s

Este triste poema

Terapia enferma la de escribir poemas sin ser poeta, un tonto analfabeta organizando una oración para poder entender a su corazón. Todo se ha salido de control, la vida me sobrepaso, añorando lo que no soy, remordiéndome de lo que soy, absurda contradicción, vivir para renegar de existir.

                  
Este triste poema se añeja en sus penas, se revuelca en su mierda, se sacia del dolor que lo alimenta. Soy madera muerta pudriéndose en la tierra, soy una flor que se marchita en su espera. Soy el agua que se estanca, soy el fuego que se apaga. El ave que se cansa y su vuelo muere en el alba. Una lágrima derramada que ya no calma las ansias amargas de morir antes que el sol salga. El ensueño de una añoranza olvidada. La pérdida del alma en un devenir de soles y decepciones, de amargos amores y tristes pasiones. Se escucha el llanto de las flores y la ausencia de los colores, el delirio de las emociones y el sin sentido de las ilusiones. Las pasiones se valen de las cenizas de los rencores, para avivar mi hoguera necesitaría quemar la selva entera. El humo es señal de una presencia ajena, la lluvia se vuelve negra. De lejos la veo a ella y me sangra la herida abierta, su ingenuidad me causa agrieras, no se imagina lo que guardo en mi entrepierna. Quiero besarla toda entera, morder sus labios y arrancarle la lengua. No podrá volver a mentir, ya no podrá decir que me ama a mí.


¿Y para qué toda esta gente? Si toda me es indiferente, como si no fuera de esta especie. ¿Y para qué todas estas letras? Sumergida entre ellas, delatando mis penas, atestiguando mi condena. ¿Y para qué tanta vida? Si la muerte espera, con sigilosa paciencia a que te alcance ella. ¿Y para qué hablar? Si todo el sonido es puro ruido, que perturba el silencio del sueño de los niños. ¿Y para qué los poemas? Si a nadie le interesa lo que siente un poeta. Si el sol de mañana me da resaca de una noche toda llena de nostalgia. ¿Y para qué la muerte? Si nacimos difuntos con una cruz en el culo y un epitafio oscuro. ¿Y por qué seguir escribiendo? Si cada renglón es un paredón donde asesino mi corazón. El cigarrillo mi único amigo, se calla mientras le confieso mi delirio. ¿Y por qué seguir leyendo poemas? Si entre sus letras solo me fijo en mis tristezas, si todos los poetas son mentirosos ante el reflejo de sus rostros. ¿Y para qué preguntar? Si nadie me responderá, si toda cuestión la antepone una imposible solución.


"Hoja en blanco, noches en vela" en esta agonía interna. Me sigo revolcando en mi propia mierda, apagando estrellas en una noche eterna. Todos mis actos me hacen daño, deprimido y nostálgico me quedo sentado, mordiéndome los labios, sangrando el lamento añejado. Terapia enferma la de escribir poemas sin ser poeta, un tonto analfabeta organizando una oración para poder entender a su corazón. Todo se ha salido de control, la vida me sobrepasó, añorando lo que no soy, remordiéndome de lo que soy, absurda contradicción, vivir para renegar de existir. Hablar no me ha de servir, ni yo me entiendo a mí, ¿por qué nací para morir? Intento seguir, juntando palabras para describir, lo que siento por ti. En vano encerrado un sabio enajenado, se aprende de memoria cada rincón de su historia. Barrotes que son horas en una jaula de tiempo que nos sobra. Huyo del instante en que nací, persiguiendo a la muerte para escapar de mí. Todo el tiempo que perdí, soñando…

Enfermo sin enfermedad

Enfermo sin enfermedad,

Cansado de respirar,

Toser hasta vomitar,

En los bronquios se me atraganta un nenúfar.

De la cama no me puedo parar

Tirito de frío sin compás ni ritmo,

En el alma siento un escalofrío,

Aspiro un aire de hastío,

Como el último de los respiros,

Agonizo como un recién nacido

Aun antes de nacer ya había perecido.

“Lo que hoy es puro mañana está podrido”

Me dice el enfermo malherido,

Lo que le dijo el médico malparido:

“La receta viene con el virus,

La cura la llevas contigo.

Estoy enfermo y maldito

Soy un cáncer curativo,

La locura que causa la cordura,

La Duda de la certeza,

El alma corrupta de belleza.”

Una lápida sobre mi espalda

Es de piedra como mi alma,

Los síntomas de una sonrisa

De unos ojos que iluminan.

Pálido de tanto pensar,

Ojeroso por velar

La noche de cristal.

Vuelve a toser, llora otra vez.

Siente una contracción de dolor

Como pariendo en un paredón,

Contrae el orto, aprieta los ojos.

Se cristaliza la retina

No existe droga que me sirva,

Me tiemblan las manos,

Escribo con prisa

Me coso la herida a carne viva.

 

(Soy un anagrama

De la palabra NADA

Ardo en el Agua,

Mi espíritu ladra

Cuando la luna

Se da la espalda.)

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