Enfermo sin enfermedad,
Cansado de respirar,
Toser hasta vomitar,
En los bronquios se me atraganta un nenúfar.
De la cama no me puedo parar
Tirito de frío sin compás ni ritmo,
En el alma siento un escalofrío,
Aspiro un aire de hastío,
Como el último de los respiros,
Agonizo como un recién nacido
Aun antes de nacer ya había perecido.
“Lo que hoy es puro mañana está podrido”
Me dice el enfermo malherido,
Lo que le dijo el médico malparido:
“La receta viene con el virus,
La cura la llevas contigo.
Estoy enfermo y maldito
Soy un cáncer curativo,
La locura que causa la cordura,
La Duda de la certeza,
El alma corrupta de belleza.”
Una lápida sobre mi espalda
Es de piedra como mi alma,
Los síntomas de una sonrisa
De unos ojos que iluminan.
Pálido de tanto pensar,
Ojeroso por velar
La noche de cristal.
Vuelve a toser, llora otra vez.
Siente una contracción de dolor
Como pariendo en un paredón,
Contrae el orto, aprieta los ojos.
Se cristaliza la retina
No existe droga que me sirva,
Me tiemblan las manos,
Escribo con prisa
Me coso la herida a carne viva.
(Soy un anagrama
De la palabra NADA
Ardo en el Agua,
Mi espíritu ladra
Cuando la luna
Se da la espalda.)