Bestia encarcelada en sus propias entrañas,
Se esconde del sol en las mañanas.
En un féretro de carne y hueso
Se refugia del inmenso cielo.
Un nido a sus alas le da cobijo,
Descansa del vuelo fallido.
En otoño su memoria se deshoja
En invierno el infierno es de hielo.
Espectro tormentoso que se alimenta del dolor
Busca en la carroña las sobras del amor.
En su caverna no entra la luz,
Su historia se ha escrito a contraluz.
Los colores son mitos que no conoce
El lienzo virgen lo reconoce.
Cada rincón de sus aposentos
Es de una clara oscuridad,
En su ceguera todo lo observa,
Testigo de la sombra eterna.
Abstracción de la soledad,
El reflejo manifiesta sus gestos.
Tan ingenua que aún cree en ella,
Tan inocente que espera la muerte.
El delirio la estremece
El hastió apacigua su quejido,
Llora se queja y no conoce el consuelo
Disfruta del color negro.