Egoísta pretensioso

Podría decir que finalmente me convertí en lo que aparenté.

Una mancha en la pared, la escoria del mecanismo social, lo que desdeño, lo que no sirve y de lo que sería mejor prescindir. Lo que encuentra placer en lo mísero e inútil, que se embadurna en superficialidades y se revuelca en el fango. Con todos los vicios acrecentados, con todos los pecados capitales acuñados, con una perspectiva cada vez más cerca del suelo, con todos los sueños despiertos, algunos negociados y erotizados. A veces siento Schadenfreude, pero no por el mismo camino que lleva a la gente a sentirlo. Mi camino no es más sublime, aquí no me salvo. Ese maldito regodeo por todo lo malo, que atropellen a un gato, que al desgraciado le vaya peor, me simpatizan quienes cambian compasión por burla, los que se masturban pensando en su madre, los que huelen mal y son inoportunos, los agresivos y odiosos, el habitante de calle soberbio y altivo, las malas costumbres y el estrés en la calle, la gente que se cola y los que hacen copia, los que suicidan en especial son los que más me agradan.

https://www.youtube.com/watch?v=gJ0an1dsnyY

Me parece que está bien que se robe y también que se mate, siempre es confortable tener un rango de posibilidades más amplio en la vida sin tener que recurrir a la muerte por uno mismo. No me importa o al menos no quiero que me importe el dolor ajeno, me cago en él y en sus adictos. No me importan los demás en absoluto, aunque a veces me engaño y os engañe en que sí.

¡Soy un egoísta acérrimo! Soy tan egoísta que ni siquiera pienso en mí. A veces por eso mismo pienso que soy una persona distinta a la que creo ser, que no soy yo y por eso no me importo, que de pronto no soy de este mundo y por eso no me importa lo mundano, que de pronto no soy real y por eso no me importa la realidad.

A veces me dan tantas ganas de verte, y hablo contigo y me acerco a ti y se me van derritiendo las ganas, hasta que después queda un compuesto transformado que no apetece mantener en las manos. Pero no eres tú, quiero creer, pues me pasa también conmigo, cuando tengo tiempo y me doy cuenta y me doy cuerda y atiendo a mis asuntos, a mi vida y a mí mismo, cuando me apetezco y caigo en mí, luego me aborrezco, soy despreciable, me desprecio a mí y a veces no encuentro punto de comparación entre el desprecio que siento por mí y el que siento por lo que está alrededor. Sin duda, algo afecto a algo, mi yo suntuoso y narcisista cree que el ambiente me cagó; mi yo sin fortuna dice que muy posiblemente no es culpa mía, pero que aquí estoy yo jodiendo las cosas, la gente y el ambiente; mi yo pesimista va de un lado al otro creyendo también que el ambiente está jodido pero también yo, y que si fue primero el ambiente quien estuvo jodido es porque existió antes que yo, pero bien hubiera podido existir yo primero y haber estado jodido primero yo. Que mi existencia sólo empeora las cosas, que las pobres cosas sólo empeoran mi existencia y que la realidad sólo tiene un léxico de pesares.

Ya no le camino más - Return to the Convent, by Eduardo Zamacois y Zabala, 1868

 

Loading...
Loading...