En el ensueño de la vida

En el ensueño de la vida la rasgadura que se abre en las pupilas se permite un brevísimo instante de lucidez, donde la oscuridad tiene ojos para ver y las noches como párpados se cierran para nunca más abrirse. Mi cabeza se vuela lejos de la tierra, no me puedo concentrar, no hago más que pensar en el tiempo de atrás. Mi imaginación se apodero de todo hecho real, la vida se fue para no regresar. Cómo seguir sin zapatos para labrar el camino del destino. Triste filosofía del hastió que consuela una vida de desidia, por la que transcurren los días. Cómo poder detenerse de esta marcha ausente. Cómo se puede respirar cuando el aire quema al entrar. Nada vale ya, nada se puede salvar. Aún la carne se niega a petrificarse, la sangre hierve y el espíritu se estremece. No hay tanta materia para esta hoguera, mis huesos de madera se incineran. El humo que se disipa cuenta la historia de un amor difunto que se niega a morir. Me he vuelto un abismo sin fin y la tristeza instruye mi caída como un maestro de escuela. Toda palabra me parece pobre y repetida, toda mueca es de agonía secreta que se esconde en la sonrisa seca.

No poderse concentrar ni la mente enfocar, disperso deambular y entre sueños divagar. Por el cielo flotar, movimiento vertical, pierdo gravedad y los pensamientos se comienzan a desmoronar. Nausea mental, delirio emocional, me mareo y no soporto mi cuerpo, el alma se me está saliendo por los esfínteres de mis sentimientos. El espacio-tiempo es una invención de mi razonamiento, energía en movimiento, no puedo pensar en nada concreto y se colapsan los pensamientos. La rutina es de hielo y sólo se derrite ante el calor de un sol nuevo.  

Loading...
Loading...