Y qué me importa que me quieras

Y qué me importa que me quieras, es que yo te quiero de, de veras, a mi manera, monstruosa pero sincera. Solo te pido que me entiendas, para comprender mi cabeza. Exijo más de la cuenta, tú siempre pagas mis tristezas. Te solté la mano cuando más la había necesitado. Agárrame del brazo que si no me pierdo entre la bruma, de la soledad nocturna. Se hace de noche y yo me hago el mismo reproche ¿con quién compartirás la almohada esta noche? A quien abrazare si hace frío, si tengo miedo de mí mismo. ¿Por qué has huido, acaso te dio miedo mi exilio? Regresa cariño, el nido está vacío si tú no estás conmigo. ¿A dónde te has ido? ¿Por qué no me llevaste contigo? Hubiese escapado si me lo hubieras pedido. Me dices que fuiste linda aunque yo no lo merecía. No me deje querer, me lo hubieras repetido otra vez. Necesito saber por dónde van tus pies. No te voy a seguir, es que me quiero alejar más de ti. Necesitas vivir, deseo que seas muy feliz. Por mi parte no volveré a sonreír, no me interesa mentir. Si te acuerdas de mí, promete no maldecir. Es que no supe como continuar, ya sabía cómo iba a terminar. No te pienso rogar, lo inevitable es el final. Déjame de hablar, con tanto silencio no te puedo escuchar. Una nausea infernal me produce imaginar, cómo te revuelcas con otro mortal. No puedo ni respirar, tanto humo me hace mal. Te quiero evaporar, exhalar todo el aire que algún día me regalaste. Tengo que terminar, despedirme sin mirar atrás. Mi mano se cierra para estrangular tus huellas, me aprieto las venas, te regalo un racimo de ellas. Me desprecias, mi sangre no vale lo que me cuesta, se derrama entre tus piernas, mis lágrimas se secan. “VETE a la MIERDA” me gritas con toda tu fuerza. “Déjame quieta, no quiero tenerte cerca” … Me aparto, a donde no te pueda volver a hacer daño. En mi jaula estoy a salvo, no volveré a provocarte espanto. ¿Recordaras el sabor de mis labios? Siempre tan secos y tan amargos que a mí también me producen asco. Nos desgarramos y cada trozo cogió por su lado. Me doy la vuelta y te dejo en la puerta, me juro que si aún estás de pie frente a ella, me devuelvo a toda carrera. Me giro con la esperanza de que aún estés conmigo. Me quedo tieso y vació al ver cómo has desaparecido. 

Inevitable se ha vuelto besarte en el humo cada que fumo. Cuando exhalo recuerdo tu aliento cálido. Eras mi droga preferida, la que me daba la vida. Por curiosear me dio por probar tu boca, termine adicto a tu persona. Analogía tonta la de compararte con las drogas. No solo de pan me solía llenar, tú eras el agua vital, la única boca que me podía saciar. Si entiendes que somos 70% agua, pues ya sabes cuánto me haces falta. El desierto enloquece con mi sed, yo ya no he vuelto a beber. Necesito saber si piensas volver, nunca diferencie los signos de puntuación…no sé si es el final o un continuara, ese vicio conceptual de querer nombrar algo que no se puede expresar. Necesario olvidar la palabra AMOR, para salvar mi corazón. Cambiar la razón, transgredir el dolor. Eres tú mi rendición, mi última aflicción. Lo intente, bien lo sabe Dios…mejor no hablemos de una historia que no existió. Dejemos de mentir, ya no me interesa lo que sentí. Tenemos que proseguir aunque el camino no se le dé por seguir. Tú sigue sin mí, enamórate y se muy feliz, YO voy a vivir aunque me haya muerto al verte ir. Espero que no te acuerdes de mí, o sino el dolor te pondrá a gemir. Yo te tengo tan AQUÍ, que cada que cague me acordare de ti. No te preocupes por mí, ocúpate de vivir. ¿Cómo velar a un muerto que nació muerto?

Loading...
Loading...