¿Y por qué a mí? (*****)

¿Y por qué yo? Si solo quería hacer del mundo un lugar mejor, pensé tener la solución, me reinventé para peor. Todos parecen que huyen de mi alrededor, soy una  defectuosa versión del artificio de toda ficción. En esta sociedad de extrema crueldad, mamá regurgita su alma para poderme alimentar ¿cómo agradecerle si desprecio la leche de este sistema de muerte? Ella hubiera querido conocerte y agradecerte por quererme. Te habría preguntado si me alimento a diario. Se hubiese asegurado de yo durmiera a tu lado. Jamás me hubiera perdonado que no te dijera: te amo (me avergüenzo de lo que hablo y vuelvo a reprimir el llanto) Nos aconsejaría que durmiéramos tomados de la mano como si del sueño no fuéramos a despertarnos. Y ahora no podemos siquiera rozarnos y resulta un peligro besarnos. Me arrepiento de nunca habértelo confesado. Tose sobre mí si acaso es la única manera de poderte sentir. Yo realmente quise ser feliz, pero eso no fue suficiente para mí. No te rías de mí, sé lo que piensas decir, no soy tan bueno como te lo hice creer a ti. ¡Te mentí! Falsas promesas te di. Te vendí lo que nunca poseí. Creí merecer lo que jamás me gané. Soy uno más que no supo reaccionar ante tanta maldad. No vas a ayudar sentado en el sofá. El huevo se empieza a quebrar y el miedo a propagar.

Quedamos en tablas bajen las armas, todos queremos regresar a casa. De nada sirven las balas contra esta silenciosa amenaza. Una bomba en mis entrañas inicia su cuenta regresiva, soy la ruina de mi propia burguesía, la oveja desagradecida, la que es peor que una comunista. Nacido para suicidarme y aún espero que alguien me salve, como si el verdugo peinara a su victima antes de dejar caer la guillotina. Pero tú viste algo bueno en mí aun cuando te mentí, en tus ojos no parezco tan malo y le encuentro sentido a todo en lo que he fallado. ¿Quién se hubiera imaginado que un bostezo fuera el último gesto que culminara todo esto? Ya no soy tan anormal en esta paranoia global. Ahora todos somos forasteros en nuestro propio encierro. Es la última visita conyugal, y yo solo quiero sentarme a llorar. La angustia existencial ahora es popular. Ya no tenemos intimidad ni al cagar, en nadie podemos confiar. Dime que es una broma no más, que lo dijiste por jugar. No puedo aceptar que la vida sea una enfermedad donde la muerte sea lo único que nos puede curar. No puedo permitir que la indiferencia se apiade de mí. Debo asumir que yo también hice a alguien sufrir. Una mujer me lloró al parir y desde entonces no he hecho más que lamentarme de existir. ¿Podrías tú perdonarme si no vuelvo a pararme? Quizá sea tarde para poder reivindicarme, soy una mierda parlante y el ruido no fue bastante para que alguien pudiera escucharme. No quisiera asustarte, pero mi mente comienza a derrumbarse. Se escuchan gritos en la calle y disparos en las cárceles. Ya no solo en la selva murmullan los tiros, ahora todos somos objetivos de un sistemático exterminio. Ya no somos tan especiales ante el resto de animales. No hubo ciencia que explicara tanta indolencia, ya no nos conmueve la tristeza, tienen más empatía las piedras. Acaricia la tierra que cubre el cadáver de nuestra inocencia. Ya no seremos eso que alguna vez fuimos y que no lo sabíamos, expiamos nuestros delitos y ahora sabemos por qué lo hemos merecido.

Loading...
Loading...