Viejas e inútiles pretensiones amorosas
ffffffffffffffffffffffffffff
Vamos, ahora quiero seguirte, ahí voy, a romper las telarañas de tu corazón.
Moribundos momentos, moribundos corazones.
Una canción suena una, dos y otra vez, en el aire o en mi cabeza, no importa, sonará una, dos y otra vez. Será mejor disfrutar de la vibración en mis tímpanos. Un recordar del sonido y una fijación mayor de la melodía en mi mente.
¿Será algún tipo de perjuicio la repetición? Es mi mayor pecado y condena, estar toda mi vida buscando una misma cosa, esa frase que tal vez no exista, ese rincón que nunca tuviste, que nunca tuvo nadie, una primavera en el desierto, un desierto en el océano, un océano en la luna.
Todos sufrimos nuestras obsesiones, tu escogiste la atención. Buscas tu atención y la mía y la de cualquiera que esté dispuesto o dispuesta a darla. Se presentan mil caminos y hay que saber cuál es el que uno se traza, dice la canción.