Y si el amor es un puente voy a construir uno que no necesite sostenerse de ningún lado.

"¿Hay alguien aquí?” Me escucho diciendo, como si alguien me estuviera oyendo, como si alguien estuviese compartiendo su silencio, como si alguien sintiera lo que siento, como si hubiera alguien del otro lado del que no me hubiese percatado. Escucho unos pasos que con sutileza se van acercando. Una brisa fresca despeina mis ideas y el aire me acaricia con una tierna brisa. Respira la herida y se cura a sí misma. Desaparece el dolor y la cicatriz floreció, pétalos de amor de un añejo color. Un silbido de Dios musitando una hermosa canción. Un jardín secreto donde se cultivan mis sueños. ¿Me estás leyendo? Quisiera que nos viéramos de frente como si alrededor no existiera la gente. Que la historia nos sea indiferente, como si la eternidad fuese tan breve. Como si nunca hubiéramos visto el reloj y no supiéramos que el tiempo ya se acabó. En nuestra historia las estaciones no se siguen unas tras otras. De pronto es verano en un invierno solitario, y me quejo de calor mientras se descongela mi corazón. Y entonces llega la primavera que siempre te espera, suspirando otoños se deshojan calendarios en los ojos. Día tras día se nos va la vida, huyendo de nosotros, nos perseguimos de reojo. Hace tiempo que te conozco y aún no me he atrevido a mirarte el rostro, me conoces tan poco que también crees que estoy loco. He sido tan tonto por burlarme de todos. Te ríes de todo con maligna inocencia, te causa gracia mi manera de perder la cabeza. Te inquieta esa forma en que digo las cosas, sin abrir la boca insulto a las personas. Te intriga el silencio de mi mirada hacia el suelo. Te me quedas mirando y yo hago un gesto de no prestarte cuidado. Nos miramos y sabemos que estamos predestinados. Del otro lado se escucha un llamado, tan breve como un parpadeo alcanzo a escuchar tus secretos. Fugaz entrelazamiento que destruye los opuestos. Colapsan nuestros universos y nos fundimos en nuestros restos. En nuestras cenizas se mezclan nuestras vidas. Ahora somos parte de un todo, pero el viento pronto lo esparce todo. Y entonces ya no somos Nada y cada uno para su casa. Asumo mi rumbo de errar taciturno, perdí mi turno esperando el preludio. No respondes mis mensajes y ya no me alcanza el aire, para susurrarte en la brisa el mensaje. Una pluma del heraldo te has encontrado, una señal nos va a hallar, un anuncio del más acá te vino a buscar. Allá no había un lugar donde llamar hogar. Me pienso plantar en tu jardín elemental, germinar esta nueva forma de amar. Esta vez sí me pienso quedar, tan solo quiero otra oportunidad. Déjame caminar, aunque pueda tropezar. Déjame saltar, aunque con el cielo me pueda estrellar. Déjame volar, aunque el sol me pueda quemar. Permíteme intentarlo, quiero llegar al otro lado. Tú ves la luna desde el lado que el sol la alumbra. Yo veo el cielo en un silencio eterno. Ni siquiera las estrellas en el paisaje resuenan. Eres como un cometa, como una luz que parpadea. Eres la luciérnaga que sueño en mis noches en vela. Eres la mentira que quisiera creer, eres la verdad en la que tendría fe. Salto sin mirar para abajo, con la esperanza de que tus brazos me estén esperando. El puente está quebrado y ya no permite el contacto. ¡LARGO!

Si es que me quieres salta del puente, a mitad del abismo podre tenerte. Quisiera cogerte como tantas veces lo he hecho en mi mente, sonríe el demente y te acaricio con los dientes. Tus caderas ardientes, mira como me tienen, esto ya no es un puente sino un túnel por donde vine a verte. Que no se entere la gente que entre tus piernas suelo esconderme. Aquí me atrinchero, de aquí me sacan muerto. Como una trampa que me succiona el alma, caigo en tu telaraña y de una tarántula aparece una avellana. Te beso la cicatriz que te quedo al arrancarte de raíz, comienzas a gemir y esto ya no lo puedo escribir.  ¿A qué horas sales por el pan? Yo no te voy a lastimar. Te haré llorar de felicidad y podrás amar con total libertad. Te enseñare a volar sin tenerte que drogar, no tendrás que gritar para hacerte escuchar, pero si quieres gritar, grita hasta poderte desahogar. Te enseñare a cantar sin temer a desafinar, no tendrás que callar tu verdad, pero si quieres callar, en silencio también te puedo escuchar. ¿Ya te vas? Quédate un rato más. No es necesario hablar. Prometo no respirar, ya deja de llorar, cuántas veces te tengo que rogar. No te lastimes más, deja a la herida sanar. Curemos el puente que me permitía verte. De las manos nos enlazamos y nos negamos a alejarnos. El tiempo insiste en separarnos y de los pelos nos aferramos. Me invitas a entrar, me dices que adentro puedo descansar, penetro el umbral, te beso al jadear. ¿Me amas? … ¿por qué callas? La grieta en silencio dilata nuestros sexos. ¿Y ahora qué hacemos? ¿por qué tuviste qué decir eso? Un día es suficiente para olvidarte, pero no pasa un día en que no te extrañe. ¿Es verdad que me amaste? ¿cómo puedo repetir ese instante? Recuerdo cada detalle, cada vez que no me besaste y la manera en que no me miraste. Evitaste que los extremos se juntaran, dejaste que los polos se distanciaran. Te abrazo por la espalda y es como si me reconectaran.

DE PRONTO alguien apaga la luz y no alcanzo a saber si eras tú. La luz se evapora y no queda ni su sombra. Entre la niebla sigo buscando tu silueta. Entre ojos llorosos alcanzo a ver tu rostro. ¿A dónde se han ido todos? ¿Por qué otra vez estoy solo? ¡ROTO!!!! Intentando juntar los trozos. Hago un nudo entre tu mundo y mi mundo. Mi dedo menique me indica hacia donde dirigirme. En un trance de fiebres, yo deliro con conocerte. Dentro de mis venas circula tu sangre y siento el vino derramarse. Al filo del abismo, un puente me conduce al vació, me olvido del camino y pierdo mi destino. Otra vez al vicio y el tiempo es mi enemigo. De este lado del puente no alcanzo a tenerte. Entre la bruma de gente tu mano se disuelve. Te pido que te quedes aun sabiendo que voy a perderte, te abandone a tu suerte, no pude ser fuerte y soportar la muerte. Se supone que esto era una carta de amor y parece otro triste adiós. No pude alcanzar a Dios, no pude decirte mi amor. El puente se quebró canta esa ronda de ingenuo dolor. ¿Con qué lo podemos curar? Ya no sirven los besos de mamá. Y que han de pasar, todos los demás, menos los de atrás. Soy el primero en acabar porque nunca suelo comenzar. Me atrevo a saltar y las cadenas comienzo a soltar, del otro lado de la puerta no había mas que otra puerta. Al otro lado del hilo me encontré conmigo mismo. El otro lado del puente no existía, porque siempre soy yo construyendo mi vida. El amor es el suspiro en un infinito camino, es un puente que nunca termina de hacerse, ni de bifurcarse en vertientes. No lleva a ningún lugar, no tiene un aquí ni un allá. Es como cruzar todo lo que nos suele separar de los demás. No necesita de donde apoyarse, se sostiene del aire. El puente es la obra que me salva de estar sola, es el proyecto de un beso que me permite seguir siendo. Es el abrazo que enlaza nuestros lados. Un abrazo sin brazos pero con el alma entre las manos. 

Loading...
Loading...