Eyaculación finalizada, docilidad inyectada.
Después todo se va, se va se va, como el estribillo de una canción, lejos se va, se va se va. Todo lo que era indeseable se vuelve insoportable; es horrible mentir, no hay campo para concebir algún deseo, lo mejor siempre es dormir.
Pero también hay campo para pensar desde otro ángulo, majestuosas conclusiones que me han sido imposible anotar y ahora recordar. También he amado con fogosidad, abrazar después de llegar, una cursilería que parece veneno, también he querido huir.
Y aún más, me he venido encima mío y quedado dormido, convirtiéndose en mi práctica preferida, el sexo sólo conmigo, al único que me aguanta es a mí. Lo peor viene cuando es desenfrenado, no me calmo, y me seduzco y caigo en mí que soy tentación, sexo sin protección.