Hace falta


Hacen falta aplicaciones que soporten temas tabú, inmorales o ilegales, sean estos: la depravación, el incesto, el engaño, la estafa, la infidelidad, la extorsión y la corrupción. Dicen que lo fácil ya está hecho y que falta lo difícil por hacer, bueno pues lo inmoral también está disponible.

Yo le vendería mi alma al diablo con la condición que Dios perdonará todos sus pecados

Fumas mientras caminas y así disimulas tu agonía. Se te escurre una que otra palabra mientras evitas mirarles la cara. Aguantas el llanto mientras los niños lloran de espanto. Te tropiezas con tus pies y a un anciano lo ves caer. Pierdes tu destino y se oscurece el camino. Hundidos en la mierda pretendemos oler a pureza. Arruinados pretendemos seguir funcionando. Hechos pedazos fingimos habernos reparado.

¡Mira lo que estás haciendo! Te estás cagando en algo bello. Minas tus cimientos, destrozas tus sueños. Quemas tus versos, olvidas tus besos. Escondes tu vos, le susurras a Dios: -te cuento un secreto, desde hace tiempo que me estoy perdiendo. Que el diablo es viejo y ya se está arrepintiendo. Que añora el perdón, pero el amor es el único pecado de Dios-. Frenética pasión, los volcanes hacen erupción cuando estamos cerca los dos.

Dos sombras te acechan y te toman por sorpresa, se posan en tus hombros, te susurran sus apodos. Le preguntas sus nombres, pero ninguno responde. Caminas por inercia huyendo de las sirenas. Con la mirada perdida y el alma malherida. Me piden cenizas como suplicando la vida. Somos tu conciencia y de pronto me rasca la cabeza. Les obsequio mi cigarro y dándoles la espalda me voy alejando. Los observo desde lejos y no dejan de estar atentos a mis movimientos. Sospecho que entre sus manos una cruz se va oxidando.  

Se cruzan las miradas y la sinapsis estalla, me da nauseas el aire y vomito eses, las cenizas en la garganta me duelen. Te exorcizas musitando una canción de cuna, una noche en que no hay luna maldices con ternura, susurras tus dudas. Te niegas a mirar hacia atrás, no pretendes volver a fallar. A la velocidad de la luz un caracol carga su cruz. Prendes el televisor en busca de inspiración, la estática de la mala transmisión, me produce una erección. Dentro de una pantalla clausuran tu alma, intentas escribir, pero tus ojos no dejan de gemir. Intentas rezar, pero olvidaste cómo orar. ¿A quién? O ¿A qué? Solo el silencio me va comprender. En un sueño a escala de tus sesos. El tiempo descompone lo eterno, instante tras instante que se disuelve en la nada, el aire se nos acaba. La oscuridad post-iluminación, es más oscura que la anterior. La primera es una tragedia, la segunda una ficción, donde cae un rayo caen dos. Abro los ojos y me encuentro con los otros, me hacen la seña, te está buscando ella. Se estrella, estrella con estrella. ¿Te acuerdas de mí? Yo alguna vez te vi. La primera vez no te reconocí, la segunda vez fingí. En la tercera no me esperes, ya no eres mi ERES. Me encontré a alguien más, se sentó conmigo en el asiento de atrás. Me dijo: "te he encontrado", y ya no sé si alguna vez he amado. Perdón si a alguien he lAstiMADO, al tocarlo no pretendía dañarlo. Y este cigarro parece tan largo que me pesa en las manos. Se consume como un anciano que lleva años tallando con las manos. Acaricia los gatos con la ternura de los sádicos. Escribes con tu sangre para confesarte. Santa Madre perdóname por no besarte y aquellas noches desvelarte. Los monstruos también lloran por amor y se lamentan de no tener un corazón. SED de querer, ASCO de poseer. Melancolía no hay rima suficientemente linda que te describa. Llora el asesino el haber nacido. Llora el violador el no poder hacer el amor. Llora el suicida el no haber encontrado otra salida. Llora Dios el dolor de su creación.

Escuchas una canción de cuna que tu madre murmura. La pesadilla no te da miedo, ya no temes seguir despierto. La luna no alumbra y regresan tus dudas. ¿Escribir? Ya para qué. No hay nada que te devuelva la fe. Ser y parecer, aparentando lo que no se es. Resistir en persistir, para insistir en vivir. Encontrar y desencontrar un misterio de nunca descifrar. Acabar de comenzar una nueva manera de amar. Saludar a desconocidos, hacerme amigo de mis enemigos. Afrontar mi pasado y perdonar a quienes me han lastimado. Venderle el alma al diablo a cambio de que Dios perdone todos sus pecados. Tenderme la mano, cada vez que me caigo. Escribir con los dedos llenos de excremento para desinfectar mis pensamientos. Abrazar a un extraño y decirle cuanto tiempo espere en vano.

Sueños en blanco deseos en vano

Sueños en blanco deseos en vano,

Con las ilusiones hecha pedazos,

Con los parpados cansados,

Despierto ante la luz de un faro.

 

En una vitrina se postra mi vida,

Esperando en la fila

A la fatalidad que se avecina,

A la nada que me cobija.  

 

¿Quién me va sacar de esta puta realidad,

A quien le debo rezar?

¿Sobre qué piedra me debo arrodillar?

¿Por qué me has abandona acá?

 

Ya no me responde ni el eco

Tan solo como el silencio.

Única estrella en el cielo.

Oscuro es el firmamento. 

Como una herida en la cara su sonrisa se dibujaba.

Agoto de gota en gota mi energía vital, soy un recipiente de mierda que se desborda por la desgracia sin gloria que he venido a encarnar. El frio de la noche no me deja soñar y me refugio en el abrazo de mi madre para huir del dolor de la realidad. Me desvanezco en el sueño intermitente que al parpadear se desvanece, la exaltación del regreso "en si" hace que mi corazón retumbe del pecho a la espalda. Del nido me escabullo y me refugio en el rincón del alma, allá dentro donde no se escucha nada por el silencio hermético de las murallas. Para recuperar el sueño que se esfumo por la retina encendida, aspiro hierbas en una manzana para alimentar las ánimas que divagan en una proyección de recuerdos y polvo de nostalgia. Madrugadas tristes donde ya ni lloro y en vez de derramar mis lágrimas sobre la almohada, me ahogo en mi tumba enterrada en la nada. No sabes sobre que escribir ni con qué razón, si no es la de susurrarse al odio la historia de los sentidos, y al describirlos confundo el placer con el dolor y si me duele estoy despierto y si me duele sigo viviendo. Las madrugadas se esfuman segundo a segundo en la eternidad, aún no existen y afuera duermen placidos en su no ser, mientras yo siempre alerta, soy testigo del silencio de la noche, exhalando bocanadas de suplicas por un poco de luz de luna que acompañen este cielo oscuro y profundo en su inmensidad. Parece que cada partícula de oscuridad se contrajera al punto de emanar una infinita luz, que se propaga en un arrebato inundando el cielo azul. Como el rostro de Visnú que me mira detrás de las nubes rosas dándome la bienvenida al resplandor del nuevo día. El sol es un punto pequeño en el espacio que se retrata en mi ventana y se filtra por mí persiana, un astro incendiado de esperanzas. Me desnudo con la mugre pegada al cuerpo, los fluidos en pegotes sobre la superficie del cuerpo y el esperma secándose con el viento. De bruces quiero arrojarme hacia el sol, quiero arder en su interior, saludarlo con el corazón lleno de amor, él entenderá la soledad que gravita a mi alrededor y lloraremos juntos lágrimas de LUZ, que enceguezca la oscuridad y se pierda en las tinieblas. Como el día que se impuso como el pájaro que emprendió su vuelo, yo me rindo ante el sol de nuevo.     

La noche inerte te arrastra como viento a hojarasca

La noche inerte te arrastra como viento a hojarasca. A lo lejos un horizonte de luces dibuja el panorama de una ciudad triste y desganada. Camino sin rumbo por la eternidad, mientras tú alistas la cama para abordar los sueños del más allá. Yo me he prometido no volver a dormir, para custodiar tu anhelo pueril. Me sacrifico en honor a tu sonrisa, tan digna de un altar como la virginidad de maría y su llanto maternal. En una llanura desolada he parado a holgazanear, con mi pereza virtuosa que me enseña a olvidar. Mi espíritu se fue a vacacionar al subsuelo de mi lecho como un difunto en su mausoleo, tendré que desenterrarme de nuevo (no sin antes alimentar a los gusanos que viven en mi cadáver inmortal) Limpio la tierra de mis ojos que me enceguece en la luz del alba ¿Qué martirio estoy pagando yo? Si un Dios ausente me castiga a la resurrección. Condenado a la oscuridad en las narices de la luz. Yo te hago sombra para que puedas disfrutar de los rayos del SOL.

LUZ de 3 am

Entreabriendo los ojos de un letargo profundo, escucho el sonido oscuro de la noche y sus murmullos, de autos rechinando por el suelo escupiendo humo al cielo. No recuerdo bien en que momento dormí o desperté, todo es tan similar que podría asegurar que no existo que no soy que no seré. Cada vez más solo me dejo caer y no me es ajeno este lugar donde gravita mi cuerpo deseoso de noche, para poder soportar estar despierto sin tu imagen retratada en la mitad de mi pupila extraviada. Me sobra alma y cuerpo pues todo me es ajeno, me alejo hasta del espejo y no me reconozco en el reflejo. No existo en ningún recuerdo, me olvido, me olvidan y ceniza a ceniza me desaparezco en el viento. Celoso de la vanidad que ostenta estar en compañía, me retuerzo en mi desolado estado donde el frio de la muerte se filtra en cada poro de mi cuerpo desnudado. Asomo mi cabeza por la ventana, y grito al cielo con los ojos llenos de lágrimas: EL AMOR  NO EXISTE. Y el amor me responde: LUDWING NO EXISTE, ambos reímos a carcajadas, festejando la felicidad de NO SER en la NADA. Me postro en la cama, como piedra inerte en la mismísima nada, con la mano dentro del pantalón para acariciarme el cabezón, me duermo sin contar 10, porque de un parpadeo me desvanezco. Flotando en el aire, huyendo del infierno a un paraíso artificial, mi cuerpo se disipa bajo la forma de nubes azuladas, como en un ensueño tan real, que ahora el sueño es la realidad.  

La vaca de colores

En la verde pradera veo pasar, la vaca de colores que rumiando está,

fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real.

En la niebla se disuelve cada átomo de ser, desapareciendo como barco en horizonte de altamar.

Jamás me voy a la cama sin pecar por pura dicha del dolor en el alma,

que no justifique mi estado actual, pero que sustente el seguir aquí,

Comiendo mierda sabor a miel, de las ubres que amamantan la sustancia de mi SER.

Tan lejos como el TODO de la NADA que tristes evitan fijar la mirada,

Para no encontrarse en recuerdos olvidados de un pasado que no existió y un futuro que no llego,

Este presente en el tiempo inerte que me condena a la eternidad de lo efímero.

Tan grande como el absoluto me siento infinito en este instante divino,

En el valle se enciende una hoguera, de un troll de las calles que vive debajo del puente

Y tiene frío por la indiferencia de la “gente”

Solo bestias viven en este pantano, y el cielo estrellado se ve violado

Por chimeneas con falos humeantes que penetran el cielo de lo absoluto.

Erótica soledad, bendita sea tu compañía

Contigo que placentero es el dolor y que luminosa la oscuridad de los días

Solo el farol de la luz eléctrica puedo ver, porque soy el color preferido del ciego.

Un silencio visual emerge del hampa de la noche callada

Como un puñal rasgando la oscuridad, la sombra de un aleteo alerta mi tranquilidad.

Un ave nocturna se desliza por los aires, sobrevolando al gusano arrastrado.

Se detiene en el cielo, en una quietud mística aterradora

Me mira y me exorciza

Como si me hipnotizara con su revoloteo

Sigo su recorrido hasta que desciende al subsuelo

Y desaparece en la hierba espesa

 que camufla la puerta del infierno. 

No More Color

El tiempo me ha hablado. No quería pensar que las cosas se me dan tal y como son. Prefería soñar, dormir lo más que pudiera a confrontar esto. Pero finalmente los miedos se hacen reales, dejé de ser alguien pesimista para ser alguien real. Me cuesta vivir un día predispuesto a esto, sabiendo que lo que vivo actualmente es tal y como sé que es. Me he aferrado al sueño, y a la indisposición que me provoca el alcohol, trato de olvidar por algunas horas quién soy y qué desgracia vivo. El ciclo no acaba, viene lo mismo, día tras día. No sé estoy seguro ni qué espero. Mas no quiero llegar a un límite que me force a actuar indebidamente. Me ahogo en ideas y palabras que nunca expresaré. Ni me vale pensar en qué cosas llegaron a darme impresión de bienestar, están muertas. Sé que todo volverá a repetirse, que un inicio más me arrastrará a este fin. Nada cambiará en verdad, y el hecho que no lo haga no es nada de lo que me pueda sentir orgulloso, si lo que creí sería un cambio me ha devuelto a lo mismo. No me tengo permitido imaginar algo mejor, los rostros cambian pero nada cambia el dolor. Quiero pasar los días como si no los viviera, desplomado en el suelo, durmiendo o sencillamente no siendo consciente de estos. El tiempo me mostró la realidad, no veo nada más. No más color para imaginar, probablemente espero lo que todos esperan. El culpable he sido yo por tratar de ver algo más. Soy el enemigo de lo que vivo, no puedo hacer nada más que observar cómo todo se agota. Trato de aferrarme a mi vientre, encogerme, mantener una estática fetal. A veces me gustaría creer que aún me hallo en el vientre de una madre, y que todo lo que me ocurre en este mundo es falso, luego se me agota toda bebida alcohólica o deseo de dormir, y sólo me queda despertar.

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