Salto al VACÍO

Desde aquí arriba pude vislumbrar, el montón de basura que rodea lo mortal; mira a los pajaritos cantar, en la rama del árbol más alto de tu umbral, como se caga en lo que alguna vez fuimos, sin pudor ni prisa, defeca en la remembranza del olvido. Posadero del agua más sucia que encontré en el vertedero, de las verdes praderas que a tu mano camine a paso ligero. Desde el bordillo de los escombros de nuestro castillo, veo a mi princesa jugueteando con el nocturno roció, brisa helada que congela mi escroto, de las huevas hasta la punta del pequeñito, que se aqueja al sentirte pasar, cerrando bien el culo por si se atreve hablar. Emplace mi rostro en las paredes donde alguna vez orine, dibujando el contorno del apelativo que alguna vez grite. Como es de costumbre no fue ni tan sublime ni tan ruin, oler el hedor que exhalamos cuando cerca estamos. Evite el cruce de miradas fugaz, por el temor de no encontrarte en ese lugar, ¿cuántas mascaras nuevas tendrás? que de seguro ni tu rostro reconozco, sabrás bien que jamás fui de acá, preferí cabeza bajo mirar, coqueteando con los bichos que luego decido aplastar, al no devolverme las sonrisas que derrocho al caminar. No sé si tu como yo pudiste sentir, que ya ni las cenizas del volcán de nuestro amor quedan en el aire del terrible ciclón. Cataclismo que todo se llevó, ya ni alma ni fe necesito yo. Acaricio el musgo de Dios, que arde y extingue mi pasión, en una bocanada de humo se llevó el aliento del veneno de sus besos, que tuvieron agrietados el bordillo de mis labios, que de mordisco en mordisco se fueron quedando helados.            

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